jueves, 7 de abril de 2016

Siete lugares de Navafría

Navafría es un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, en el que encontré algunos lugares muy interesantes durante mi visita del 6 de febrero de 2016.
1. Puerto de Navafría. Para llegar al pueblo de Navafría, si partes desde el valle del Lozoya, pasarás por el puerto del mismo nombre, de 1773 metros de altitud, en el que se puede encontrar un centro de esquí nórdico (ya sabes, caminar con esquíes) y del que salen diferentes rutas de senderismo. Este puerto separa las provincias de Madrid y Segovia.
2. Zona de recreo de El Chorro. A la entrada del pueblo y hacia la izquierda sale una carretera que, tras 1,5 Km. te lleva a este lugar, situado dentro de un pinar, donde puedes aparcar el coche y en el que hay una amplia parcela de terreno con mesas y barbacoas, bien integradas en el entorno y habilitadas para pasar el día, además de un arroyo y unas piscinas naturales que en verano serán espectaculares. En invierno lo que se disfruta son los colores de un paisaje precioso por donde da gusto pasear. También hay un restaurante, cerrado en esta época.
3. Cascada de El Chorro. Desde la zona de recreo sube un camino por un frondoso pinar, que discurre paralelo a un arroyo. Después de veinte minutos comienzas a escuchar la cascada y al poco la descubres y te sorprendes por su altura de veinte metros. El agua cae en una poza donde han colocado pasarelas de madera para contemplar bien el salto. Como se ve en la foto, en febrero no traía todavía mucha agua. La mejor época para visitarla es la primavera, cuando el deshielo provoca un caudal mucho mayor.
4. Restaurante El Rincón de la Posada. Se trata de un local acogedor, con pequeños salones en los que se escucha una relajada música de fondo y que te hacen sentir como en la casa de un amigo. Está regentado por una pareja, cumplidores a la perfección de sus papeles de anfitriones afables y de cocineros (él salado, ella dulce). Por 35 o 40 euros encuentras una carta original para el entorno segoviano, pues no aparecen en ella los típicos asados de la zona. Pero la cocina está muy cuidada. La carne está bien, pero me gustaron mucho los chipirones. Sorprendente el helado de queso de cabra. En el edificio contiguo puedes hospedarte, si quieres pasar unos días bucólicos pero confortables en la sierra.
5. Iglesia de San Lorenzo. Aunque se trata de un edificio tardogótico, con torre cuadrangular, tiene una valiosa portada románica, muy interesante por su sencillez.
6. Restaurante Lobiche. Los abuelos de la dueña del restaurante La Posada regentan Lobiche, un bar restaurante conocido por mucha gente en Madrid, puesto que llevan años haciendo uno de los mejores cuchifritos de España, según dicen. La nieta asegura que no hace asados porque nunca podrá superar los del Lobiche. La verdad es que desde fuera parece un mesón normal y corriente, estilo casa de comidas antigua, que me imagino los domingos a mediodía lleno de niños dando voces. La carta, sencilla y al grano, asados y poco más.
7. Las calles del pueblo. Un paseo por un tranquilo pueblo serrano siempre es agradable, tanto si hace frío como si no. La plaza del ayuntamiento, los diversos bares, la plaza de la iglesia. El día de mi visita se celebraba Santa Águeda y en las calles había música, bailes y gente con trajes típicos. Ya anochecido se encontraban reunidos en una especie de centro social. Todos los habitantes se conocen y se llaman por su nombre. Es otra forma de vida.

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