El fin de semana anterior al San Valentín de 2018 visité la ciudad de Teruel. Si hubiera ido la siguiente semana, habría visto las celebraciones de las bodas de Isabel de Segura, una fiesta que se celebra en la ciudad aragonesa todos los años. Pero para ello necesitaría haber planeado mi viaje con mucha antelación. No obstante, aquí os dejo los lugares que más me gustaron. Como siempre, sólo hablaré de lo que vi con mis propios ojos y toqué con mis propias manos. Os recomiendo ir a la oficina de turismo y tomar parte en alguna visita guiada donde, además de lo que aquí describo, os enseñarán más cosas, como las murallas, los puentes o el acueducto.
1. Mausoleo de los amantes. Este bello espacio está dedicado a los amantes de Teruel, que se llamaban Diego e Isabel y vivieron en el siglo XIII. No digáis a los turolenses aquello de "tonta ella y tonto él" porque os contestarán "más tontos los que los vienen a ver". En varias estancias se narran las características sociales de la época y el relato de la aventura de los amantes, que no contaré aquí, pero de la que os tenéis que quedar con la frase "bésame, que me muero". También podréis ver cómo se encontraron las supuestas momias de ambos y dónde estuvieron colocadas hasta su ubicación actual, en un clásico mausoleo, que es la pieza central de la exposición.
2. Iglesia de San Pedro. El Mausoleo de los amantes se encuentra físicamente en una capilla de este templo, que es más bonito por dentro que por fuera, pues está decorado en estilo modernista neomudéjar. Destaca su retablo renacentista. Cuando lo visitamos estaba preparado para la representación de una ópera sobre los amantes, con globos de colores dorados y grandes instrumentos de percusión. La visita guiada te permite subir por su perímetro y observar las vidrieras desde fuera, así como tener vistas de la ciudad.
3. Torres mudéjares. Precisamente en la iglesia de San Pedro se encuentra una de las cuatro torres mudéjares de Teruel. Los mudéjares son musulmanes que se quedaron a vivir en la España cristiana. Sus edificios se inspiran en el gótico pero añadiendo elementos musulmanes y utilizando ladrillo y azulejos en lugar de piedra. Las cuatro torres (San Pedro, La Catedral, El Salvador y San Martín) se construyeron entre los siglos XIII y XIV. La de San Martín es la que se contempla mejor por encontrarse en una plaza. Sin embargo, la de El Salvador, situada en una callejuela, puede ser visitada por dentro. Si vais, que os cuenten la leyenda de la construcción de estas dos últimas torres.
4. Hotel Reina Cristina. En la Plaza del Óvalo, en pleno centro, se encuentra este alojamiento de cuatro estrellas, integrado perfectamente en el conjunto arquitectónico. Desde aquí se puede recorrer a pie toda la ciudad sin cansarte. Es cómodo y acogedor, si bien tiene un parking muy pequeño. No obstante, hay un aparcamiento público en la misma plaza.
5. Restaurante el Boulevard. En el número 3 de la Plaza del Óvalo os encontraréis este restaurante, muy bien decorado por dentro, con la letra de la canción "Por el bulevar de los sueños rotos" escrita en una pared de manera muy artística. Probamos los huevos trufados con jamón, las manitas de cerdo deshuesadas, que no son para todos los paladares, pero sí para los amantes del sabor de las manitas, y la oreja cocida picante y dulce, de nuevo una delicatesen muy original. Este sí merece la pena. Por favor, tened cuidado al meteros en otros restaurantes de la misma plaza, porque te pueden atender con desgana y darte una porquería de comida.
6. Aljibes medievales. Por un médico precio puedes acceder a la visita de estos aljibes, grandes depósitos de acopio de agua datados en el siglo XIV y que se encuentran en el subsuelo, cerca de la Plaza del Torico, pero que no son los más interesantes que he visto. También proyectan un video sobre la historia de la ciudad.
7. Plaza del Torico. La plaza más famosa de Teruel tiene en su centro una fuente de cuatro caños en la que hay una columna con un pequeño toro encima. El torico y una estrella forman parte de la leyenda de la fundación de la ciudad. En la plaza hay que fijarse en dos edificios modernistas, La Madrileña, estrechito pero muy interesante y el de la Caja Rural, que es espectacular. Pero por toda la ciudad puedes contemplar edificios modernistas, la mayoría diseñados por Pau Monguió.
1. Mausoleo de los amantes. Este bello espacio está dedicado a los amantes de Teruel, que se llamaban Diego e Isabel y vivieron en el siglo XIII. No digáis a los turolenses aquello de "tonta ella y tonto él" porque os contestarán "más tontos los que los vienen a ver". En varias estancias se narran las características sociales de la época y el relato de la aventura de los amantes, que no contaré aquí, pero de la que os tenéis que quedar con la frase "bésame, que me muero". También podréis ver cómo se encontraron las supuestas momias de ambos y dónde estuvieron colocadas hasta su ubicación actual, en un clásico mausoleo, que es la pieza central de la exposición.
2. Iglesia de San Pedro. El Mausoleo de los amantes se encuentra físicamente en una capilla de este templo, que es más bonito por dentro que por fuera, pues está decorado en estilo modernista neomudéjar. Destaca su retablo renacentista. Cuando lo visitamos estaba preparado para la representación de una ópera sobre los amantes, con globos de colores dorados y grandes instrumentos de percusión. La visita guiada te permite subir por su perímetro y observar las vidrieras desde fuera, así como tener vistas de la ciudad.
3. Torres mudéjares. Precisamente en la iglesia de San Pedro se encuentra una de las cuatro torres mudéjares de Teruel. Los mudéjares son musulmanes que se quedaron a vivir en la España cristiana. Sus edificios se inspiran en el gótico pero añadiendo elementos musulmanes y utilizando ladrillo y azulejos en lugar de piedra. Las cuatro torres (San Pedro, La Catedral, El Salvador y San Martín) se construyeron entre los siglos XIII y XIV. La de San Martín es la que se contempla mejor por encontrarse en una plaza. Sin embargo, la de El Salvador, situada en una callejuela, puede ser visitada por dentro. Si vais, que os cuenten la leyenda de la construcción de estas dos últimas torres.
4. Hotel Reina Cristina. En la Plaza del Óvalo, en pleno centro, se encuentra este alojamiento de cuatro estrellas, integrado perfectamente en el conjunto arquitectónico. Desde aquí se puede recorrer a pie toda la ciudad sin cansarte. Es cómodo y acogedor, si bien tiene un parking muy pequeño. No obstante, hay un aparcamiento público en la misma plaza.
5. Restaurante el Boulevard. En el número 3 de la Plaza del Óvalo os encontraréis este restaurante, muy bien decorado por dentro, con la letra de la canción "Por el bulevar de los sueños rotos" escrita en una pared de manera muy artística. Probamos los huevos trufados con jamón, las manitas de cerdo deshuesadas, que no son para todos los paladares, pero sí para los amantes del sabor de las manitas, y la oreja cocida picante y dulce, de nuevo una delicatesen muy original. Este sí merece la pena. Por favor, tened cuidado al meteros en otros restaurantes de la misma plaza, porque te pueden atender con desgana y darte una porquería de comida.
6. Aljibes medievales. Por un médico precio puedes acceder a la visita de estos aljibes, grandes depósitos de acopio de agua datados en el siglo XIV y que se encuentran en el subsuelo, cerca de la Plaza del Torico, pero que no son los más interesantes que he visto. También proyectan un video sobre la historia de la ciudad.
7. Plaza del Torico. La plaza más famosa de Teruel tiene en su centro una fuente de cuatro caños en la que hay una columna con un pequeño toro encima. El torico y una estrella forman parte de la leyenda de la fundación de la ciudad. En la plaza hay que fijarse en dos edificios modernistas, La Madrileña, estrechito pero muy interesante y el de la Caja Rural, que es espectacular. Pero por toda la ciudad puedes contemplar edificios modernistas, la mayoría diseñados por Pau Monguió.
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