Llevo tiempo oyendo a gente que es muy defensora de la familia. Yo también lo soy. Por eso relacionaré siete tipos de familia que creo que deben ser defendidos:
1. Familia nuclear. En su definición más restrictiva, familia nuclear es aquella conformada por dos progenitores y sus hijos. Es decir, padre y madre, padre y padre o madre y madre junto con sus hijos. Este es el concepto típico que a todos se nos viene a la cabeza cuando pensamos en la palabra familia, que ha variado en los últimos años con la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo. También ha cambiado porque cada vez las personas forman su familia a una edad más avanzada. Además, dentro de poco puede dejar de ser la familia más numerosa de la sociedad occidental. La tradición machista la ha presentado como aquella en la que hay una madre amorosa y un padre protector, pero eso también está cambiando.
2. Familia troncal o extendida. Este modelo añade al núcleo familiar otros parientes consanguíneos que pertenecen a un tronco común. Además de los padres y los hijos puede incluir hermanos de los padres, abuelos, tíos abuelos o bisabuelos. Es la familia predominante en determinadas sociedades en las que el grupo familiar va aumentando en torno a una casa común, que a veces sirve para la explotación económica de una granja o unas tierras de labor. Aún en nuestros días podemos encontrar en determinadas zonas de las sociedades rurales occidentales la familia de triple generación.
3. Familia comunitaria. Podemos definirlas como un grupo doméstico, que no tiene por qué partir de vínculos familiares, fundado sobre una organización económica y de trabajo. En el centro de Europa, sobre todo en Francia desde la edad media, aparecieron las comunidades tácitas, en las que varios matrimonios vivían juntos, eligiendo a un hombre y una mujer que los dirigían. La comuna es también una unidad básica de convivencia alternativa a la familia tradicional, en la que varios individuos (que pueden llegar a treinta o cuarenta) deciden convivir y compartir recursos. Los hippies vivieron en comunas, que en el siglo XXI han derivado en ecoaldeas, comunidades sociales ecológicas.
4. Familia monoparental. En el otro extremo de la familia comunitaria, en cuanto a número de miembros, se encuentra la familia monoparental, que es aquella en la que un solo progenitor se hace cargo de los hijos dependientes, ya sea por elección o por causas sobrevenidas. La mayoría de las familias monoparentales están encabezadas por mujeres, lo que supone que este tipo de grupos familiares se encuentran en un riesgo alto de pobreza, pues es notorio que las mujeres obtienen menos ingresos por su trabajo que los hombres. No hay que confundir las familias monoparentales con las madres solteras, pues puede haber madres que no se hayan casado pero que convivan en pareja.
5. Familia sin hijos. Cada vez son más las parejas que no necesitan de hijos para su crecimiento. Estas personas gozan de más tiempo libre para ellos mismos y están más liberadas económicamente. Muchas de ellas piensan que la verdadera felicidad marital solo se logra si se permanece sin hijos. Además, tener un hijo ya no está al alcance de cualquier economía. Otras consideran la paternidad o maternidad como una imposición social y algunas sienten temor ante la inseguridad de la sociedad futura. Incluso existen personas que, en virtud de un sentimiento ecologista profundo, desean la extinción de la especie humana en favor de todas aquellas especies animales y vegetales que sufren por nuestra culpa.
6. Familias recompuestas. Las personas que se separan de sus parejas suelen recomponer su vida, formando este tipo de familias, que pueden ser de muchas formas y colores distintos, dependiendo del bagaje que traigan los nuevos cónyuges. En muchas de ellas cada miembro de la pareja aporta los hijos de su anterior relación, lo que acarrea toda una problemática de convivencia muy particular. Antiguamente eran los viudos quienes formaban estas familias reconstituidas. Ahora, principalmente, son los divorciados.
7. Familia poligámica. Esta es la que permite a una persona, la mayor parte de las veces varón, tener varios cónyuges al mismo tiempo. Las religiones monoteístas, en general, prohíben la poligamia, aunque no hay más que leer el Antiguo Testamento para encontrar patriarcas que tenían varias mujeres. Sin embargo, entre los mormones y en el islam está aceptada la poliginia (un varón con varias mujeres), pero no la poliandria (una mujer con varios varones) que sí es tradicional en zonas de la India y en algunas otras tribus. Actualmente existen en nuestras sociedades algunas personas que practican la poligamia o incluso el matrimonio grupal, pero cuyos derechos no están, de momento, recogidos en las leyes.
1. Familia nuclear. En su definición más restrictiva, familia nuclear es aquella conformada por dos progenitores y sus hijos. Es decir, padre y madre, padre y padre o madre y madre junto con sus hijos. Este es el concepto típico que a todos se nos viene a la cabeza cuando pensamos en la palabra familia, que ha variado en los últimos años con la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo. También ha cambiado porque cada vez las personas forman su familia a una edad más avanzada. Además, dentro de poco puede dejar de ser la familia más numerosa de la sociedad occidental. La tradición machista la ha presentado como aquella en la que hay una madre amorosa y un padre protector, pero eso también está cambiando.
2. Familia troncal o extendida. Este modelo añade al núcleo familiar otros parientes consanguíneos que pertenecen a un tronco común. Además de los padres y los hijos puede incluir hermanos de los padres, abuelos, tíos abuelos o bisabuelos. Es la familia predominante en determinadas sociedades en las que el grupo familiar va aumentando en torno a una casa común, que a veces sirve para la explotación económica de una granja o unas tierras de labor. Aún en nuestros días podemos encontrar en determinadas zonas de las sociedades rurales occidentales la familia de triple generación.
3. Familia comunitaria. Podemos definirlas como un grupo doméstico, que no tiene por qué partir de vínculos familiares, fundado sobre una organización económica y de trabajo. En el centro de Europa, sobre todo en Francia desde la edad media, aparecieron las comunidades tácitas, en las que varios matrimonios vivían juntos, eligiendo a un hombre y una mujer que los dirigían. La comuna es también una unidad básica de convivencia alternativa a la familia tradicional, en la que varios individuos (que pueden llegar a treinta o cuarenta) deciden convivir y compartir recursos. Los hippies vivieron en comunas, que en el siglo XXI han derivado en ecoaldeas, comunidades sociales ecológicas.
4. Familia monoparental. En el otro extremo de la familia comunitaria, en cuanto a número de miembros, se encuentra la familia monoparental, que es aquella en la que un solo progenitor se hace cargo de los hijos dependientes, ya sea por elección o por causas sobrevenidas. La mayoría de las familias monoparentales están encabezadas por mujeres, lo que supone que este tipo de grupos familiares se encuentran en un riesgo alto de pobreza, pues es notorio que las mujeres obtienen menos ingresos por su trabajo que los hombres. No hay que confundir las familias monoparentales con las madres solteras, pues puede haber madres que no se hayan casado pero que convivan en pareja.
5. Familia sin hijos. Cada vez son más las parejas que no necesitan de hijos para su crecimiento. Estas personas gozan de más tiempo libre para ellos mismos y están más liberadas económicamente. Muchas de ellas piensan que la verdadera felicidad marital solo se logra si se permanece sin hijos. Además, tener un hijo ya no está al alcance de cualquier economía. Otras consideran la paternidad o maternidad como una imposición social y algunas sienten temor ante la inseguridad de la sociedad futura. Incluso existen personas que, en virtud de un sentimiento ecologista profundo, desean la extinción de la especie humana en favor de todas aquellas especies animales y vegetales que sufren por nuestra culpa.
6. Familias recompuestas. Las personas que se separan de sus parejas suelen recomponer su vida, formando este tipo de familias, que pueden ser de muchas formas y colores distintos, dependiendo del bagaje que traigan los nuevos cónyuges. En muchas de ellas cada miembro de la pareja aporta los hijos de su anterior relación, lo que acarrea toda una problemática de convivencia muy particular. Antiguamente eran los viudos quienes formaban estas familias reconstituidas. Ahora, principalmente, son los divorciados.
7. Familia poligámica. Esta es la que permite a una persona, la mayor parte de las veces varón, tener varios cónyuges al mismo tiempo. Las religiones monoteístas, en general, prohíben la poligamia, aunque no hay más que leer el Antiguo Testamento para encontrar patriarcas que tenían varias mujeres. Sin embargo, entre los mormones y en el islam está aceptada la poliginia (un varón con varias mujeres), pero no la poliandria (una mujer con varios varones) que sí es tradicional en zonas de la India y en algunas otras tribus. Actualmente existen en nuestras sociedades algunas personas que practican la poligamia o incluso el matrimonio grupal, pero cuyos derechos no están, de momento, recogidos en las leyes.
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