jueves, 5 de marzo de 2020

Siete dolencias que me aquejan

No me encuentro bien. Padezco una serie de enfermedades que hacen mi vida un poco más difícil que la de las demás personas. Pero no me quejo. Bueno, sí me quejo. Os contaré mis males, antes de que se me olviden:

1. Hemorragias retinianas. Esa mancha rara que tengo en el ojo derecho es porque me sangra por dentro. El sangrado provoca que no vea muy bien y que tenga puntos ciegos en mi visión, lo que hace que no vea algunas cosas que están delante de mí y conduzca raro. Ya no me atrevo a viajar por autopista. Por la ciudad me apaño, pero he tenido cuatro golpes en el último año. Me están tratando con esteroides. Ja.

2. Anomia. Se me olvidan los nombres. Es un tipo de afasia. Lo recuerdo todo (todo lo que recuerdo), pero se me olvida cómo se llaman las cosas. Por ejemplo, digo: "Dame el cacharro ese" o "Esta... tú, pon esta cosa encima de aquella". Casi siempre me entienden. Como les han dicho a mis allegados que me hablen con oraciones cortas, me tratan como si fuera tonto.

3. Disartria escandida. Mi manera de hablar es un tanto peculiar. Pronuncio cada palabra como una pequeña detonación, que da paso a otra detonación en la siguiente palabra o en la siguiente sílaba. Por eso mi discurso suena atropellado, acelerado y a veces inconexo. Algunos piensan que por eso no rijo bien pero, simplemente, es que no controlo mis músculos faciales de manera adecuada.

4. Parkinson. Todos sabéis lo que es esta enfermedad. O creéis que lo sabéis. Pero no sólo es el temblor de las manos y la cabeza. Es también la lentitud de movimientos, la falta de olfato y el dolor, que no se ve, en las piernas, en la espalda y en la cabeza.

5. Psicosis. Mi médico dice que la padezco, que he perdido el contacto con la realidad, que tengo alucinaciones. Yo lo que pienso es que mi forma de ver la realidad es distinta a la de las personas "normales", porque yo soy una persona especial. Y si no, pregunten a cualquiera de los millones de seguidores que tengo repartidos por el mundo. Yo sé cuál es la realidad, pero la realidad no sabe quién soy yo.

6. Hematoma auris. Suena mejor en latín. Se trata de la oreja de coliflor. Se me ha muerto el cartílago de ambas orejas. Por eso lo tengo doblado y arrugado y tiene esa forma tan rara. Aunque antiguamente la oreja de coliflor se tenía como un signo de valor, últimamente se asocia a poca capacidad mental, por lo que me gusta llevar el pelo largo para taparlas.

7. Encefalopatía crónica traumática. También llaman Punch Drunk a la enfermedad neurodegenerativa que me produce alguna de las anteriores dolencias que he descrito. Dicen que es por haberme dado muchos golpes en la cabeza, pero yo he recibido muy pocos. Si no que se lo pregunten a todos aquellos que dejé tumbados en la lona. Mi cabeza todavía funciona con claridad. Puedo ver claramente que los homosexuales son peores que los animales. Los animales saben distinguir entre machos y hembras, pero los homosexuales no.

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