jueves, 14 de marzo de 2013

Los siete delitos más infames

Tremenda polvareda ha levantado el apoyo del exalcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez, al PSOE en su moción de censura contra el Partido Popular. Y ha sido porque este señor fue condenado en su día por acoso sexual.

Entonces yo me planteo: ¿cuál es el límite para que la "sociedad" considere que un delito ha prescrito?.

Parece que no es haber cumplido la condena. Todo el mundo se ha escandalizado porque el PSOE pactaba con un señor que fue acosador, pero que, en teoría, al haber terminado su condena, ya ha conseguido rehabilitarse y ser un ciudadano más.

¿Cuántos años tendrá que esperar este hombre para que le perdonemos su delito? Por cierto, uno de los más repugnantes para nuestra sociedad occidental.

Si no se le debe perdonar nunca, ¿Por qué las leyes le permiten presentarse para un cargo público? Y si ya está "rehabilitado". ¿Por qué somos tan hipócritas, y no lo aceptamos como un ciudadano más de nuestra comunidad?

Y ¿cuáles son los delitos que se deben perdonar y cuáles no? Porque hay mucha diferencia entre robar una barra de pan y defraudar millones de euros, y entre pelearse en una discusión de tráfico y matar a un bebé. Si maté a un bebé hace treinta años y ya he salido de la carcel, ¿puedo ser alcalde de mi pueblo? o ¿me lo van a recordar siempre?.

Intentaré a continuación definir los delitos más infames que se pueden cometer.

1. Los delitos contra la vida. Matar es, por supuesto, lo peor que se le puede hacer a una persona. Es peor cuando el asesinato se realiza con premeditación, como, por ejemplo, los genocidios perpetrados por los dictadores, los asesinatos de grupos terroristas y bandas armadas. También consideramos peor matar a personas indefensas, como niños, mujeres y ancianos.

2. Las agresiones sexuales. Son también delitos contra la vida. Por supuesto, cuanto mayor es la diferencia de fuerza entre agresor y agredido más grave se considera el delito.

3. Otro tipo de agresiones, sin resultado de muerte. También se tiene en cuenta la gravedad de las lesiones producidas.

4. Delitos contra la libertad. El secuestro, la esclavitud, el robo de menores. Siguen siendo delitos contra las personas, aunque no impliquen violencia.

5. Los delitos contra la propiedad. Robar está mal visto desde que se inventó la propiedad privada. Es curioso que en ciertas épocas, cuando la propiedad era común, en los albores de la historia, no existía el robo como delito.

6. Delitos contra el honor, la intimidad y la diferencia. El racismo o la xenofobia, la violación de la intimidad de las personas, la difamación, son delitos que empiezan a ser subjetivos, aunque quien se los recibe suele quedar muy dañado, cuando menos moralmente.

7. Delitos contra el planeta. Delitos ecológicos o contra los animales. Cada vez son peor vistos por una sociedad muy concienciada con la conservación del medio ambiente para posteriores generaciones.




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