Una subvención es una cantidad que se recibe de un organismo público para un fin determinado. Como siempre he oído que los cineastas españoles no viven de su trabajo, sino de las subvenciones del gobierno, vamos a averiguar qué hay de cierto en ello y qué hay de cierto en las subvenciones que reciben otros sectores de la economía española. Esto es lo que he podido averiguar.
1. Un sector económico muy subvencionado es la minería del carbón. Puesto que las minas no pueden competir con el carbón que llega del extranjero, en muchos casos más fácil y barato de extraer, se subvenciona a las minas para que mantengan los puestos de trabajo. En 2019 se acabarán las subvenciones europeas a la minería del carbón, así que se cerrarán casi todas las minas de España. Se conceden unos 550 millones de euros al año para un sector que factura unos 1.600 millones de euros, así que se subvenciona un 34,38%.
2. Polémica es la subvención del Estado a la Iglesia Católica. Por el IRPF, la Iglesia recauda unos 250 millones de euros. No es dinero que dona la gente de su bolsillo. Es un dinero que ya han entregado al Estado y que deciden que éste lo destine a la Iglesia en lugar de a otras obras y servicios. Aquí incluiría yo también la exención en los impuestos que tiene la Iglesia Católica, tanto en el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), como en el ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras), consecuencia del convenio del Estado con la Santa Sede sobre asuntos económicos firmado en 1979. No es exactamente dinero que se done, sino dinero que se deja de recaudar y que podría pertenecer legítimamente al conjunto de la ciudadanía. Unos 1.000 millones de euros. No creo que se debiera meter aquí los más de 90 millones que el Estado paga a profesores de religión (aunque es discutible si la religión se debe enseñar en las escuelas), porque es el pago por un trabajo realizado. Tampoco incluiría yo lo que se dona a los hospitales católicos o para la conservación de los monumentos religiosos. Por ello, mi cálculo es el siguiente, de los 4.600 millones de euros de presupuesto de la Iglesia, los españoles en conjunto asumimos unos 1.250 millones, es decir, un 31,25%.
3. Las corridas de toros (y los festejos taurinos en general) son un sector que cuenta también con subvenciones. El gobierno del Estado subvenciona a los criadores de toros de lidia para que mejoren la raza de los animales. Los últimos datos que tengo son de 2015, cuando se emplearon 127.926 euros para este fin. Sin embargo, a los toros el dinero público les llega desde los Ayuntamientos, que para celebrar las fiestas patronales suelen gastar un dinerito en eventos taurinos. Aunque ciertos ayuntamientos ya han eliminado ese gasto por razones de conciencia animalista, la mayoría suelen usar una parte de su presupuesto en todo tipo de fiestas relacionadas con el toro (desde un 0,1% los ayuntamientos más grandes hasta un 3% los más pequeños). Para un sector que factura por taquilla aproximadamente 400 millones de euros al año, estas subvenciones que, según los cálculos que he realizado con los datos de los propios Ayuntamientos, ascienden a unos 120 millones de euros (aunque las asociaciones animalistas hablan de 500 millones), supondrían un 30% de lo que la tauromaquia genera.
4. Las organizaciones empresariales, la patronal, la CEOE, como la llamemos. La encontramos, al igual que a los sindicatos, en la Constitución, como una organización necesaria para la defensa de los intereses de sus afiliados. Su presupuesto para el año 2016 fue de 11.386.000 euros. En ese presupuesto, 2,85 millones de euros fueron ingresos por subvenciones. Es decir, que el Estado financia a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en un 25,03%.
5. El dinero destinado a la promoción de nuevas películas de cine (largometrajes y cortometrajes) en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 es de 36,3 millones de euros. La recaudación del cine español en nuestras pantallas durante el año 2016 fue de 110 millones de euros (de los que 26,5 se llevó Un monstruo viene a verme) y la recaudación del cine español en las pantallas extranjeras fue de 65 millones de euros (15 de ellos para Julieta). A ello hay que añadir la inversión de las televisiones en cine español, con los que pagan los derechos para poder emitir las películas. Los últimos datos, que corresponden a lo invertido en 2015, son de 58,69 millones de euros. Así que el cine español recauda en un año 233,69 millones de euros, por lo que las subvenciones serían de un 15,53 %. Pero no hemos contado lo que pagan las plataformas digitales al cine, ni la venta de DVD, ni lo que recaudan las películas españolas en las televisiones extranjeras. Así que las subvenciones suponen menos de un 15% de lo que el cine genera.
6. Los sindicatos, más bien los sindicalistas, tienen fama de vivir de las subvenciones sin defender a los trabajadores. Para mí es importante no olvidar que sin los sindicatos seguiríamos trabajando 80 horas a la semana sin librar ni un día. Actualmente, el Estado destina unos 10 millones de euros de sus presupuestos a esta partida. El resto de dinero que reciben los sindicatos, que puede llegar a sumar otros 40 millones no podemos llamarlos subvenciones, porque son pagos por realizar trabajos para la Fundación para la formación en el empleo, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, el Consejo Económico y Social y otro tipo de órganos. Un debate aparte sería si todos esos órganos son necesarios y si el dinero se emplea bien. Tampoco podemos considerar subvenciones los liberados sindicales (otra figura controvertida) porque los pagan las empresas y el dinero va directo a sus bolsillos y no al sindicato. En total, de los casi 500 millones de euros de los presupuestos de los sindicatos españoles, la mayoría se cubre con las cuotas de los afiliados, los trabajos para organismos o los de asesoría jurídica. Las subvenciones suponen en este caso un 2% de su facturación.
7. El sector automovilístico recibe subvenciones del gobierno, pero es uno de los más punteros de la economía española. La fabricación de vehículos automóviles facturó en 2015 60.855 millones de euros. Aunque las empresas de fabricación de coches recibieron unos 150 millones de euros en subvenciones directas y el plan PIVE de renovación de vehículos supuso unos 275 millones, esos 425 millones son apenas un 0,7% de subvenciones sobre el total de la facturación.
1. Un sector económico muy subvencionado es la minería del carbón. Puesto que las minas no pueden competir con el carbón que llega del extranjero, en muchos casos más fácil y barato de extraer, se subvenciona a las minas para que mantengan los puestos de trabajo. En 2019 se acabarán las subvenciones europeas a la minería del carbón, así que se cerrarán casi todas las minas de España. Se conceden unos 550 millones de euros al año para un sector que factura unos 1.600 millones de euros, así que se subvenciona un 34,38%.
2. Polémica es la subvención del Estado a la Iglesia Católica. Por el IRPF, la Iglesia recauda unos 250 millones de euros. No es dinero que dona la gente de su bolsillo. Es un dinero que ya han entregado al Estado y que deciden que éste lo destine a la Iglesia en lugar de a otras obras y servicios. Aquí incluiría yo también la exención en los impuestos que tiene la Iglesia Católica, tanto en el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), como en el ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras), consecuencia del convenio del Estado con la Santa Sede sobre asuntos económicos firmado en 1979. No es exactamente dinero que se done, sino dinero que se deja de recaudar y que podría pertenecer legítimamente al conjunto de la ciudadanía. Unos 1.000 millones de euros. No creo que se debiera meter aquí los más de 90 millones que el Estado paga a profesores de religión (aunque es discutible si la religión se debe enseñar en las escuelas), porque es el pago por un trabajo realizado. Tampoco incluiría yo lo que se dona a los hospitales católicos o para la conservación de los monumentos religiosos. Por ello, mi cálculo es el siguiente, de los 4.600 millones de euros de presupuesto de la Iglesia, los españoles en conjunto asumimos unos 1.250 millones, es decir, un 31,25%.
3. Las corridas de toros (y los festejos taurinos en general) son un sector que cuenta también con subvenciones. El gobierno del Estado subvenciona a los criadores de toros de lidia para que mejoren la raza de los animales. Los últimos datos que tengo son de 2015, cuando se emplearon 127.926 euros para este fin. Sin embargo, a los toros el dinero público les llega desde los Ayuntamientos, que para celebrar las fiestas patronales suelen gastar un dinerito en eventos taurinos. Aunque ciertos ayuntamientos ya han eliminado ese gasto por razones de conciencia animalista, la mayoría suelen usar una parte de su presupuesto en todo tipo de fiestas relacionadas con el toro (desde un 0,1% los ayuntamientos más grandes hasta un 3% los más pequeños). Para un sector que factura por taquilla aproximadamente 400 millones de euros al año, estas subvenciones que, según los cálculos que he realizado con los datos de los propios Ayuntamientos, ascienden a unos 120 millones de euros (aunque las asociaciones animalistas hablan de 500 millones), supondrían un 30% de lo que la tauromaquia genera.
4. Las organizaciones empresariales, la patronal, la CEOE, como la llamemos. La encontramos, al igual que a los sindicatos, en la Constitución, como una organización necesaria para la defensa de los intereses de sus afiliados. Su presupuesto para el año 2016 fue de 11.386.000 euros. En ese presupuesto, 2,85 millones de euros fueron ingresos por subvenciones. Es decir, que el Estado financia a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales en un 25,03%.
5. El dinero destinado a la promoción de nuevas películas de cine (largometrajes y cortometrajes) en los Presupuestos Generales del Estado de 2017 es de 36,3 millones de euros. La recaudación del cine español en nuestras pantallas durante el año 2016 fue de 110 millones de euros (de los que 26,5 se llevó Un monstruo viene a verme) y la recaudación del cine español en las pantallas extranjeras fue de 65 millones de euros (15 de ellos para Julieta). A ello hay que añadir la inversión de las televisiones en cine español, con los que pagan los derechos para poder emitir las películas. Los últimos datos, que corresponden a lo invertido en 2015, son de 58,69 millones de euros. Así que el cine español recauda en un año 233,69 millones de euros, por lo que las subvenciones serían de un 15,53 %. Pero no hemos contado lo que pagan las plataformas digitales al cine, ni la venta de DVD, ni lo que recaudan las películas españolas en las televisiones extranjeras. Así que las subvenciones suponen menos de un 15% de lo que el cine genera.
6. Los sindicatos, más bien los sindicalistas, tienen fama de vivir de las subvenciones sin defender a los trabajadores. Para mí es importante no olvidar que sin los sindicatos seguiríamos trabajando 80 horas a la semana sin librar ni un día. Actualmente, el Estado destina unos 10 millones de euros de sus presupuestos a esta partida. El resto de dinero que reciben los sindicatos, que puede llegar a sumar otros 40 millones no podemos llamarlos subvenciones, porque son pagos por realizar trabajos para la Fundación para la formación en el empleo, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, el Consejo Económico y Social y otro tipo de órganos. Un debate aparte sería si todos esos órganos son necesarios y si el dinero se emplea bien. Tampoco podemos considerar subvenciones los liberados sindicales (otra figura controvertida) porque los pagan las empresas y el dinero va directo a sus bolsillos y no al sindicato. En total, de los casi 500 millones de euros de los presupuestos de los sindicatos españoles, la mayoría se cubre con las cuotas de los afiliados, los trabajos para organismos o los de asesoría jurídica. Las subvenciones suponen en este caso un 2% de su facturación.
7. El sector automovilístico recibe subvenciones del gobierno, pero es uno de los más punteros de la economía española. La fabricación de vehículos automóviles facturó en 2015 60.855 millones de euros. Aunque las empresas de fabricación de coches recibieron unos 150 millones de euros en subvenciones directas y el plan PIVE de renovación de vehículos supuso unos 275 millones, esos 425 millones son apenas un 0,7% de subvenciones sobre el total de la facturación.
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