sábado, 13 de octubre de 2007

Ser español, un orgullo. El Orfanato, un título.

Así rezaban unas pegatinas que se ponían en los coches hace unos años: Ser español un orgullo, ser madrileño un título.

Yo soy madrileño, y me siento orgulloso de ser español cuando veo que españoles como yo hacen cosas tan dignas como El Orfanato, película que fui a ver ayer, día de la hispanidad. Y me pareció que estaba viendo en realidad una película americana.

Efectivamente, la globalización ha llegado ya completamente al cine, y podemos ver películas españolas que parecen americanas. Algún amigo me ha comentado que distingue las películas españolas porque siempre hay alguien que enseña un pecho. En esta no se enseña ninguno.

También yo podría decir que distingo las películas españolas por la originalidad de sus guiones. En esta película no hay ninguna originalidad.

Realmente, el guión me parece lo más flojo. Al salir tenía la impresión de que había visto la misma película que llevaba viendo desde hace 20 años. Las referencias a Los Otros, principalmente, pero también a títulos anteriores, son patentes durante todo el metraje.

Tampoco quedé muy conforme con la interpretación de Belén Rueda, algo forzada en ciertos pasajes.

Pero hay que reconocer que la "factura", como dicen por ahí, es impecable. Y claro, la factura responde a la otra acepción de factura, es decir, la pasta que se han gastado en realizarla, con el apoyo de Guillermo del Toro.

Entretenida, pero no han descubierto la pólvora, ni el terror.

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