martes, 6 de febrero de 2018

Siete cortometrajes que me gustaron

Me gustan mucho los cortometrajes. Son pequeñas pildoritas de cine que pueden ser muy dulces. Es una pena que en las salas sea ya casi imposible verlos, salvo en festivales. Aquí dejo mis comentarios sobre algunos de mis preferidos. Cuando me he puesto a repasar he caído en la cuenta de que hay muchos y muy buenos cortos, muchos de ellos españoles. Así, he dejado fuera Mirindas asesinas, Aquel ritmillo, La concejala antropófaga, Esposados, Perturbado, Pipas o Campeones, que también son muy buenos.

1. La cabina (1972). Para empezar, un cortometraje largo, de 34 minutos. La vi de niño, y desde entonces, como mucha otra gente, no entré en una cabina con tranquilidad. Pero tampoco en ascensores o baños públicos. Esta pequeña obra maestra, dirigida por el a veces denostado, pero siempre eficaz, Antonio Mercero, retrata el miedo a quedarnos encerrados, pero puede ser interpretada también como una parodia de la existencia humana. Gran relato de terror psicológico, con tintes kafkianos, algunos la consideraron una metáfora de la dictadura franquista. Destaca la interpretación casi muda de López Vázquez. Nota de 7,5.

2. Vincent (1982). Tim Burton refleja ya en este cortometraje ese mundo interior que posteriormente desarrollaría en sus siguientes películas. La historia, realizada en animación stop-motion, del niño que se cree Vincent Price, está narrada en verso, al estilo del poema "El cuervo", de Edgar Allan Poe. Sin embargo, la estética no es la de las películas de Roger Corman en las que trabajó el mítico y terrorífico actor. Burton utiliza el blanco y negro para acercarse más al expresionismo alemán de Wiene o Murnau, otra de las épocas doradas del terror cinematográfico. Nota de 7,5.

3. El secdleto de la tlompeta (1995). Aunque ha realizado grandes cortos, para mí este es el mejor de Javier Fesser. Con su particular humor, cañí y desmesurado, nos desvela el secreto que guarda la persecución de un gasolinero por parte de una pareja de la guardia civil, en una aventura trufada de histriónicos personajes de la fauna rural hispana. Todo tan absurdo como mi descripción de la película. Un 7.

4. Allanamiento de morada (1998). Mateo Gil, quien ya había sido guionista de Tesis y Abre los Ojos, firma este magnífico y muy inteligente trabajo, sobre dos vendedores de enciclopedias que, materialmente, asaltan a una mujer en su casa, en la época en que la publicidad todavía no llegaba por Internet. El trabajo de guion es finísimo y en él nos vemos reflejados, pues a casi todos nos han engañado alguna vez con este tipo de estrategias comerciales. Una dirección firme, cuyo ritmo de montaje se va acelerando según se consuma el "atraco", y tres actores muy solventes, proporcionan al espectador uno de esos ratitos de incomodidad que tanto me gustan. Nota de 6,5.

5. 7:35 de la mañana (2003). Este pequeño musical con tintes de comedia negra, que dirige y protagoniza Nacho Vigalondo, fue nominado al Oscar de Hollywood. No se puede contar la trama para no revelar los chistes, pero como dura ocho minutitos, se ve con agrado al principio y con sorpresa al final. El director esboza aquí el sentido del humor tan peculiar que tendrán sus posteriores largometrajes. Para mí, un 7.

6. Éramos pocos (2005). También nominado al Oscar, este cortometraje de Borja Cobeaga trata con humor el tema del reparto de las tareas domésticas, y como un marido y un hijo abandonados deben buscarse la vida. Pero va un poco más allá, porque habla también de las relaciones familiares y el abandono de los ancianos, pues estos vagos deciden ir a buscar a la suegra y abuela para tener otra criada gratuita. Muy divertido. Nota de 7.

7. La dama y la muerte (2009). El primer corto en 3D de la historia del cine español fue dirigido por Javier Recio, ganó el Goya y fue nominado al Oscar. A pesar de ser una comedia de tortazos (slapstick), trata un tema muy serio, como es el de la muerte digna y el llamado encarnizamiento terapéutico, es decir, la lucha de algunos médicos por alargar un poco la vida a personas que van a morir. Aquí la muerte es el bueno de la película, que quiere llevar a una anciana con su marido, mientras el médico se empeña en retenerla en esta vida contra su voluntad. Un 7.