viernes, 29 de abril de 2016

Hombre abandonado en peluquería

Un hombre se encuentra abandonado en el interior de una peluquería. Son las siete de una tarde de febrero en un barrio obrero, dentro de una ciudad dormitorio perteneciente a la corona metropolitana de Madrid.

Ya ha caído la noche. En la calle, estrecha y no también iluminada como debería, no pocos viandantes se dirigen o vuelven de sus últimos recados o de los numerosos bares de la zona, cruzándose con los coches que pasan despacio, pero transmitiendo peligro, como si quisieran atropellar a algún peatón.

A través de sus grandes cristales se puede ver la peluquería, cuya estancia principal tiene unos veinte metros cuadrados y está iluminada con luz fluorescente. En la parte izquierda se sitúa un gran espejo con repisa. Frente a él está sentado nuestro hombre, en el segundo sillón de peluquero, el más alejado de la entrada. A la derecha hay dos puertas cerradas. En la pared del fondo, varios pósteres con fotografías de chicos sumamente bien peinados que te sonríen picarones. Arrimadas a las casi blancas paredes, unas cuantas sillas vacías y una mesita desconchada con revistas desordenadas encima.

El hombre abandonado aparenta setenta años, pero podría tener sesenta. Es delgado y pequeño y se da un aire a un actor secundario que aparecía en películas españolas, pero ya en su época de mayor, en los años noventa. Aunque mantiene la boca cerrada, es fácil imaginarse unos pocos dientes descolocados y amarillos. Tiene el pelo ralo y lacio y peinado hacia atrás, con caracolillos en la nuca. Alrededor del cuerpo, uno de esos enormes baberos azules, dos tallas más grande de lo conveniente, le hace parecer un bebé raro o una crisálida muerta.

Pero lo más sorprendente del hombre abandonado es su postura. A pesar de encontrarse solo en la estancia, mantiene gacha la cabeza, como el toro que espera el descabello, en actitud resignada y doliente. Quizás no ha notado que el barbero se ha ausentado. Quizás está reconcentrado en sus pensamientos. Quizás haya fallecido; pero no, parpadea y le tiembla ligeramente la cabeza.

Me hubiera gustado quedarme para ver salir al peluquero. Lo imagino con una chaquetilla cruzada color verde pastel, asomando por una de las puertas con las tijeras en la mano. Pero la misma ropa suelen usarla los dentistas; ¿y si quien saliera fuese el pedófilo Javier Gurruchaga de "¿Qué he hecho yo para merecer esto!" o el sádico Steve Martin de "La pequeña tienda de los horrores"?. El hombre abandonado corre peligro.

viernes, 22 de abril de 2016

Siete curiosidades del partido político Ciudadanos

Existen una serie de sucesos o informaciones sobre el partido de la ciudadanía que no se conocen o a las que no se les da la suficiente publicidad. Por si alguien quiere saber algo más, aquí dejo lo que he aprendido leyendo entre líneas:

1. Las encuestas inflan sus resultados. No tenemos más que ir a las que todos los medios de comunicación publicaron una semana antes de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015. El País otorgaba al PP menos escaños de los que luego obtendría, al PSOE un número parecido, a Podemos un tercio menos de los que finalmente obtuvo, pero a Ciudadanos les pronosticaba unos 60 escaños, cuando al final consiguió 40. El Mundo bajaba más al PSOE y subía a Ciudadanos hasta los 65 más o menos. También La Razón y ABC realizaban la misma operación. Lo curioso es que si miramos la intención directa de voto, es decir, la gente que ha dicho que seguro va a votar a un partido, y que suele salir en pequeñito junto a las encuestas, en la de El País Podemos tenía un 13,6% y Ciudadanos un 11,8%. Cambiar lo que la gente dice para que la encuesta se parezca a lo que crees (o quieres) que va a suceder se llama "cocinar". No hay que olvidar que hay gente que se fía de las encuestas para votar, porque quieren votar al que va a ganar, igual que ven el programa de televisión que más audiencia tiene o son del equipo de fútbol que más partidos gana.

2. Felipe González apoya a Ciudadanos. El hombre que puso de moda el traje de pana en los años 80 del pasado siglo. Aquel al que las clases dirigentes tardofranquistas tuvieron miedo. Ese que si llegaba al poder iba a dejar España que no la iba a conocer ni la madre que la parió. El que iba a nacionalizar todo y que en su famoso mitin de 1982 en la Ciudad Universitaria (en el que estuve) dijo que se celebrara con vino la victoria porque el champán estaba muy caro. El que ha sido consejero de Gas Natural Fenosa, la compañía a la que el gobierno que él presidía vendió la empresa pública Enagás en 1994. Ese señor prefiere un gobierno PP-Ciudadanos a otro PSOE-Podemos.

3. Los medios de comunicación son más benévolos con Albert Rivera. Los artículos de opinión de los grandes diarios son en su mayoría favorables al líder de la formación naranja o, cuando menos, no son desfavorables a sus tesis. Todos conocemos los casos de corrupción, corruptela o algo que podría parecerlo que muchos medios de comunicación intentan colgar a Podemos, algunos reales, como el caso Monedero. Mucho menos publicitados son los posibles casos de corrupción en las filas de Ciudadanos. Desde Cañas a Villegas, la sombra de la duda se ha cernido sobre los candidatos y cargos electos del partido. Claro que muchos de ellos ya son perros viejos que llevan años en política, la mayoría en otros partidos de derechas.

4. Porque Ciudadanos es un partido de derechas. Están empeñados en que las derechas y las izquierdas no existen y que ellos no son ni rojos ni azules, sino naranjas. Pero una causa azul parece que sí apoyan, la de la división azul, aquella que luchó junto con los nazis en la segunda guerra mundial. Un estandarte de la división azul se encontraba en lugar preferente el 25 de enero de 2015 en una misa celebrada en L'Hospitalet para homenajear a soldados caídos y apoyada por Ciudadanos, según se ve en el muro de facebook del evento. Esto es sólo una anécdota que ilustra la cantidad de advenedizos que han llegaron al partido al calor de los votos que les auguraban. Pero la política económica que propugnan, la no condena del franquismo, los tics xenófobos en su programa, hacen claramente de este partido una propuesta ligada a la derecha más tradicional de España. Y Albert Rivera estuvo afiliado al PP en su juventud.

5. A Ciudadanos lo apoyan las grandes empresas españolas. Las grandes, grandes. Por eso algunos lo llaman el candidato del IBEX35. El 25/06/2014, Josep Oliu, presidente del Banco de Sabadell dijo: "necesitamos un Podemos de derechas, más orientado a la iniciativa privada". El Banco de Sabadell es patrono de FEDEA (Fundación de estudios de economía aplicada), un laboratorio de ideas económicas, junto con Repsol, Santander, La Caixa, BBVA, Bankia o Iberdrola. De FEDEA procede Luis Garicano, el gurú económico de Ciudadanos. Ángel de la Fuente, actual director de la fundación, estuvo también en el partido.

6. Hablando de Garicano. La persona que puede arreglar la economía de España con sus mágicas recetas es un neoliberal sin medias tintas, que anduvo siempre en la órbita del PP; y como muchos dirigentes de ese partido procede de las clases privilegiadas, pues su tío abuelo, Tomás Garicano Goñi, que participó en el golpe de estado de 1936, fue ministro de la gobernación durante el franquismo. El tuit más bonito del sobrino nieto es aquel que decía, el 27/10/2014: "Debe haber alguna razón por la que no se puede hacer una valla en condiciones en Melilla ¿cuál es?".

7. Ciudadanos no es un partido nuevo. Se formó en 2006 por gente como Arcadi Espada, que se oponen al nacionalismo, porque se basa en "yo llegué antes que tú y, por tanto, tengo más derechos que tú", pero usan ese mismo argumento en contra de los inmigrantes extranjeros. Se lleva presentando a las elecciones generales desde 2008, año en que obtuvo 45750 votos. En las europeas de 2009 consiguió 22903 votos, en una candidatura liderada por el presidente de la ONCE, Miguel Durán, en coalición con la formación conservadora Libertas, que se oponía al Tratado de Lisboa.

jueves, 7 de abril de 2016

Siete lugares de Navafría

Navafría es un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, en el que encontré algunos lugares muy interesantes durante mi visita del 6 de febrero de 2016.
1. Puerto de Navafría. Para llegar al pueblo de Navafría, si partes desde el valle del Lozoya, pasarás por el puerto del mismo nombre, de 1773 metros de altitud, en el que se puede encontrar un centro de esquí nórdico (ya sabes, caminar con esquíes) y del que salen diferentes rutas de senderismo. Este puerto separa las provincias de Madrid y Segovia.
2. Zona de recreo de El Chorro. A la entrada del pueblo y hacia la izquierda sale una carretera que, tras 1,5 Km. te lleva a este lugar, situado dentro de un pinar, donde puedes aparcar el coche y en el que hay una amplia parcela de terreno con mesas y barbacoas, bien integradas en el entorno y habilitadas para pasar el día, además de un arroyo y unas piscinas naturales que en verano serán espectaculares. En invierno lo que se disfruta son los colores de un paisaje precioso por donde da gusto pasear. También hay un restaurante, cerrado en esta época.
3. Cascada de El Chorro. Desde la zona de recreo sube un camino por un frondoso pinar, que discurre paralelo a un arroyo. Después de veinte minutos comienzas a escuchar la cascada y al poco la descubres y te sorprendes por su altura de veinte metros. El agua cae en una poza donde han colocado pasarelas de madera para contemplar bien el salto. Como se ve en la foto, en febrero no traía todavía mucha agua. La mejor época para visitarla es la primavera, cuando el deshielo provoca un caudal mucho mayor.
4. Restaurante El Rincón de la Posada. Se trata de un local acogedor, con pequeños salones en los que se escucha una relajada música de fondo y que te hacen sentir como en la casa de un amigo. Está regentado por una pareja, cumplidores a la perfección de sus papeles de anfitriones afables y de cocineros (él salado, ella dulce). Por 35 o 40 euros encuentras una carta original para el entorno segoviano, pues no aparecen en ella los típicos asados de la zona. Pero la cocina está muy cuidada. La carne está bien, pero me gustaron mucho los chipirones. Sorprendente el helado de queso de cabra. En el edificio contiguo puedes hospedarte, si quieres pasar unos días bucólicos pero confortables en la sierra.
5. Iglesia de San Lorenzo. Aunque se trata de un edificio tardogótico, con torre cuadrangular, tiene una valiosa portada románica, muy interesante por su sencillez.
6. Restaurante Lobiche. Los abuelos de la dueña del restaurante La Posada regentan Lobiche, un bar restaurante conocido por mucha gente en Madrid, puesto que llevan años haciendo uno de los mejores cuchifritos de España, según dicen. La nieta asegura que no hace asados porque nunca podrá superar los del Lobiche. La verdad es que desde fuera parece un mesón normal y corriente, estilo casa de comidas antigua, que me imagino los domingos a mediodía lleno de niños dando voces. La carta, sencilla y al grano, asados y poco más.
7. Las calles del pueblo. Un paseo por un tranquilo pueblo serrano siempre es agradable, tanto si hace frío como si no. La plaza del ayuntamiento, los diversos bares, la plaza de la iglesia. El día de mi visita se celebraba Santa Águeda y en las calles había música, bailes y gente con trajes típicos. Ya anochecido se encontraban reunidos en una especie de centro social. Todos los habitantes se conocen y se llaman por su nombre. Es otra forma de vida.