martes, 31 de marzo de 2020

Siete grandes epidemias de la historia

El Coronavirus humano es la primera pandemia del siglo XXI, pero durante toda la historia de la humanidad se han sucedido grandes epidemias que han acabado con millones de personas. Vamos a repasar algunas de las más relevantes.

1. Plaga de Justiniano. Entre el año 541 y hasta que se mitigó a mediados del siglo VIII, pudieron morir en Europa cerca de 50 millones de personas de esta enfermedad, bautizada con el nombre del emperador bizantino que reinaba en sus inicios. Parece que se trataba de un tipo de peste bubónica, causada por una bacteria que salta de los parásitos de los roedores (en este caso las ratas negras) a los humanos. La denominación de este tipo de peste obedece a los bubones (ampollas) que provoca. Seguramente nació en el este de África, trasladándose desde allí a Egipto y al Mediterráneo.

2. Peste negra. A mediados del siglo XIV, la peste negra pudo matar hasta a 85 millones de personas. Es una bacteria que solían transmitir las pulgas desde las ratas a los humanos. Parece que se inició en Asia, y era muy letal. Se ha publicado que acabó hasta con un 60% de la población europea. Producía fiebre alta, tos, sangrado, bubones y gangrena en pies y manos. Algunos autores la identifican con la peste bubónica, pero otros las consideran enfermedades diferentes.

3. Viruela. Apodada el ángel de la muerte, esta enfermedad mató a más de 300 millones de personas. Se habla de ella desde 10.000 años antes de Cristo. Especialmente trágica fue su extensión en América tras la llegada de los españoles y en la Europa del siglo XVIII, donde acabó con 60 millones de personas. Fue la primera enfermedad para la que se creó una vacuna. Mary Montagu introdujo en Occidente los beneficios de inocularse pus de viruela procedente de las vacas, al observar esta práctica entre los habitantes del Cáucaso, cuando ya era común en África, India y China. Pero poca gente le hizo caso. Tuvo que ser un hombre el que se llevara todo el mérito casi noventa años después. Actualmente la viruela se considera erradicada.

4. Gripe española. Se calcula que la gripe que asoló el mundo desde 1918 pudo matar hasta a 100 millones de personas en dos años, aunque la cifra varía mucho según los autores. El principal brote parece situarse en los Estados Unidos de América en 1918, y su origen, en 1906 en Francia o en Gran Bretaña, pero fue en España donde se informó más sobre la enfermedad. Los demás países, al estar involucrados en la primera guerra mundial, censuraron la información para no desmoralizar a su población. La gripe española fue muy peligrosa, pues mataba tanto a adultos como a ancianos o a niños.

5. Gripe asiática. En abril de 1957 de inició en China el contagio del Influenzavirus A H2N2. Se extendió por todo el mundo durante los siguientes meses, llegando a África, Europa y América. La enfermedad fue producto de la mutación de un virus aviar que afectaba a los patos, y se llevó por delante a un millón de personas.

6. SIDA. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida o virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) provoca que nuestro sistema inmunitario deje de funcionar. A pesar de que únicamente se transmite mediante el contacto directo con mucosas o sangre ha matado a más de 25 millones de personas en los últimos cuarenta años y todavía sigue haciéndolo. Como tantas enfermedades ha sido utilizada por algunos grupos para ofender y denigrar a otra parte de la población, en este caso a los homosexuales. Algunas personas que se dicen religiosas sostienen aún que la enfermedad es un castigo divino para los desviados.

7. Sarampión. Este virus ha matado a unos 200 millones de personas desde hace 3.000 años. En la actualidad, y gracias a las vacunas, está casi erradicado de Europa, pero en África sigue acabando con la vida de niños. No hace ni dos años que en el Congo murieron más de 6.000. Desde hace un tiempo, y "gracias" a los antivacunas, se ha notado en repunte de casos en algunos países, como Estados Unidos, Alemania o Venezuela. En Abril de 2019, la ciudad de Nueva York declaró emergencia pública una epidemia de sarampión que nació en las comunidades judías ortodoxas.

jueves, 19 de marzo de 2020

Siete nociones clave sobre el salario de eficiencia

El salario de eficiencia es la teoría de los economistas Shapiro y Stiglitz para explicar una parte del desempleo que se produce en las sociedades capitalistas. Intentaremos dar siete breves pinceladas sobre el mismo:

1. Se encuadra en el neokeynesianismo, doctrina que pretende aunar las ideas de John Maynard Keynes con otras procedentes de la escuela neoclásica, y fue dominante entre el año 1950 y el 1980, resurgiendo con cierta fuerza a partir del 2000. La idea fundamental del neokeynesianismo es que el pleno empleo en la sociedad de mercado no se consigue automáticamente (la mano invisible no funciona). Por ello, y para que la economía se comporte como los clásicos predijeron, los gobiernos deben orientar sus políticas a conseguir el pleno empleo, es decir, deben intervenir en la economía, pero sólo hasta un cierto punto.

2. Definición. El salario de eficiencia son los emolumentos por encima de la media que algunos empresarios pagan a sus empleados para conseguir que realicen un esfuerzo mayor en el trabajo. Los trabajadores que cobran un salario de eficiencia se ven estimulados a dar de sí lo máximo, para poder permanecer en una empresa que paga más que el resto. Así, la teoría afirma que salario y productividad mantienen una relación directa. En los mercados laborales en los que se pagan salarios de eficiencia no rige la ley de la oferta y la demanda.

3. Salario de reserva. Es aquél salario que se encuentra en el punto medio de equilibrio del mercado. Es el salario mínimo que está dispuesto a aceptar un trabajador de un sector determinado. Por debajo de ese punto preferirá quedarse en casa. Por encima de ese punto estamos hablando ya de un salario de eficiencia. Un trabajador que recibe un salario de reserva no pierde nada si le echan y se marcha a otra empresa. Por eso, quien tiene un salario de reserva, según esta teoría, hará el mínimo esfuerzo en su puesto de trabajo.

4. Shirking. Creo que debemos traducir este vocablo al español como "escaqueo". Una de las finalidades del salario de eficiencia es evitar precisamente que los trabajadores se escaqueen en sus puestos de trabajo. En todos los trabajos se fuma, se decía hace treinta años en las oficinas. Si un trabajador fuma mucho en el trabajo, será despedido. Si cobra un salario de eficiencia no querrá que lo echen, porque lo normal es que la siguiente empresa que lo contrate le pague menos. Entonces, procurará escaquearse poquito. O que no le pillen.

5. Rotación. La teoría del salario de eficiencia intenta también reducir la rotación de los trabajadores de una empresa. Si los empleados cobran una salario por encima de la media no buscarán otro trabajo y no habrá que contratar nueva mano de obra. Hay que tener en cuenta que cuanto mayor es la tasa de rotación de una compañía, mayores son sus costes. Si tienes empleados excelentes, querrás conservarlos. Para ello debes pagarles un salario acorde a su excelencia.

6. Otra de las dificultades que pretende soslayar el salario de eficiencia es la selección negativa, que consiste en la dificultad de las empresas para contratar a los mejores por no disponer de suficientes datos. Pero si una compañía ofrece un salario de eficiencia, muchos trabajadores ya empleados solicitarán el puesto. De esta manera, la empresa tendrá más candidatos entre los que elegir, por lo que es más probable que escoja a los mejores.

7. Otras ventajas. El salario de eficiencia es bueno para demostrar la confianza en los empleados. Algunos trabajadores que tienen que manejar material sensible o dinero deben ser recompensados por ello. El salario de eficiencia tiene también buenas consecuencias psicosociales, porque ayuda a mantener la moral alta. Incluso en países poco desarrollados ayuda a la buena nutrición de la población más desfavorecida.

jueves, 5 de marzo de 2020

Siete dolencias que me aquejan

No me encuentro bien. Padezco una serie de enfermedades que hacen mi vida un poco más difícil que la de las demás personas. Pero no me quejo. Bueno, sí me quejo. Os contaré mis males, antes de que se me olviden:

1. Hemorragias retinianas. Esa mancha rara que tengo en el ojo derecho es porque me sangra por dentro. El sangrado provoca que no vea muy bien y que tenga puntos ciegos en mi visión, lo que hace que no vea algunas cosas que están delante de mí y conduzca raro. Ya no me atrevo a viajar por autopista. Por la ciudad me apaño, pero he tenido cuatro golpes en el último año. Me están tratando con esteroides. Ja.

2. Anomia. Se me olvidan los nombres. Es un tipo de afasia. Lo recuerdo todo (todo lo que recuerdo), pero se me olvida cómo se llaman las cosas. Por ejemplo, digo: "Dame el cacharro ese" o "Esta... tú, pon esta cosa encima de aquella". Casi siempre me entienden. Como les han dicho a mis allegados que me hablen con oraciones cortas, me tratan como si fuera tonto.

3. Disartria escandida. Mi manera de hablar es un tanto peculiar. Pronuncio cada palabra como una pequeña detonación, que da paso a otra detonación en la siguiente palabra o en la siguiente sílaba. Por eso mi discurso suena atropellado, acelerado y a veces inconexo. Algunos piensan que por eso no rijo bien pero, simplemente, es que no controlo mis músculos faciales de manera adecuada.

4. Parkinson. Todos sabéis lo que es esta enfermedad. O creéis que lo sabéis. Pero no sólo es el temblor de las manos y la cabeza. Es también la lentitud de movimientos, la falta de olfato y el dolor, que no se ve, en las piernas, en la espalda y en la cabeza.

5. Psicosis. Mi médico dice que la padezco, que he perdido el contacto con la realidad, que tengo alucinaciones. Yo lo que pienso es que mi forma de ver la realidad es distinta a la de las personas "normales", porque yo soy una persona especial. Y si no, pregunten a cualquiera de los millones de seguidores que tengo repartidos por el mundo. Yo sé cuál es la realidad, pero la realidad no sabe quién soy yo.

6. Hematoma auris. Suena mejor en latín. Se trata de la oreja de coliflor. Se me ha muerto el cartílago de ambas orejas. Por eso lo tengo doblado y arrugado y tiene esa forma tan rara. Aunque antiguamente la oreja de coliflor se tenía como un signo de valor, últimamente se asocia a poca capacidad mental, por lo que me gusta llevar el pelo largo para taparlas.

7. Encefalopatía crónica traumática. También llaman Punch Drunk a la enfermedad neurodegenerativa que me produce alguna de las anteriores dolencias que he descrito. Dicen que es por haberme dado muchos golpes en la cabeza, pero yo he recibido muy pocos. Si no que se lo pregunten a todos aquellos que dejé tumbados en la lona. Mi cabeza todavía funciona con claridad. Puedo ver claramente que los homosexuales son peores que los animales. Los animales saben distinguir entre machos y hembras, pero los homosexuales no.