martes, 2 de diciembre de 2014

Siete títulos nobiliarios de España

Aunque para la mayoría de las personas los títulos nobiliarios son pamplinas que no sirven para nada, hay quien todavía los considera importantes. Realmente, en la historia de España lo han sido, y quien poseía uno, gozaba en tiempos de grandes privilegios que han ido desapareciendo. Pero las posesiones adheridas a ellos no han desaparecido, para escarnio del pueblo llano. Además, hay muchos pijos que matarían por uno. De otra manera no se entienden las luchas entre los herederos de algunos nobles por hacerse con el título.

La concesión de títulos nobiliarios es una de las "funciones" del Rey. Los otorga, supuestamente, a personas que han realizado un gran servicio a la nación española. Para los aficionados a la historia, rastrear la concesión de títulos puede servir para indagar en las conspiraciones cortesanas y en las luchas territoriales.

Tres nobles a los que merece la pena conocer son el vizconde demediado, el barón rampante y el caballero inexistente, fruto de la mente del gran Italo Calvino.

A continuación relaciono, por orden de importancia, los títulos nobiliarios que se conceden en España. Hay que tener en cuenta que algunos títulos llevan aparejada la condición de Grande de España, que te permite llevar sombrero delante del rey, lo que debe ser muy importante para el que tenga un sombrero:

1. Duque. Es el título inmediatamente inferior al príncipe, y se concede en España desde el Siglo XV. Proviene del latín "dux", que se refiere al que comanda a las tropas en la batalla. Las palabras "duce", "führer" y "caudillo" tienen su mismo significado. Inquietante.

2. Marqués. Este título proviene de las "marcas", que eran territorios fronterizos concedidos a un señor feudal, según la práctica que instauró Carlomagno, para la defensa de la integridad territorial de la nación frente a los extranjeros. Es el título que sigue en importancia al de Duque. Se instauró en España también sobre el siglo XV y parece que a los marqueses les gusta el vino, por la cantidad de bodegas que tienen el nombre de uno.

3. Conde. Antiguamente se les llamaba cómites. En el imperio romano eran una especie de ministros, que estaban en la corte o en las provincias para representar a la corona. Es decir, que se trataba de personas que sabían hacer algo. Pero a partir del siglo XIII se convirtió en un título nobiliario.

4. Vizconde. En la antigüedad era un lugarteniente del conde, a quien sustituía en ocasiones, y era vitalicio pero no hereditario (igual que el de conde). Posteriormente se aplicó a los hijos de los condes. En la actualidad es un título hereditario más.

5. Barón. La palabra procede de la misma raíz que varón, y se usaba para designar a cualquier hombre libre. También podía significar esposo. En España, los barones suelen proceder de títulos concedidos por la Corona de Aragón, ya que en Castilla era más utilizado el término señor.

6. Señor. El título de señor no se otorga en España desde el siglo XIX. Pero en la edad media tenía una gran importancia; tanta, que a veces los señores feudales hacían sombra al rey. Existían señores de solariego, de abadía, de realengo, etc. Esa importancia la fueron perdiendo con el paso de los siglos. El término señor significa dueño de algo, pero procede del latín senior, que alude al mayor o al más anciano. A los vinos también les gusta llevar el nombre de algún señorío.

7. Caballero. El caballero es el que monta a caballo. Se comenzó a utilizar este término cuando se empleaba a este animal en las guerras. Se concedía este título a la persona a la que permitían entrar en una orden de caballería, como la de Calatrava o Santiago; posteriormente, también a los que ingresan en una orden civil, como la de Isabel la Católica, o militar, como la Orden de San Fernando. En la actualidad, el Rey te condecora (gran collar de Isabel La Católica o Laureada de San Fernando), y ya estás dentro. El ingreso en uno de estos cuerpos te confiere nobleza.

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