lunes, 20 de abril de 2015

Siete promesas electorales de Syriza

Repasando el programa electoral con el que Syriza ha vencido en las elecciones generales de Grecia, cabe pensar si cumplirá las promesas que en él se contienen, o si alcanzará un porcentaje entre el cero y el ninguno por ciento en su cumplimiento, como casi ha logrado un partido en otro país mediterráneo del que ahora no quiero acordarme.

Vamos a repasar las siete promesas que más me han llamado la atención, y que habrá que comprobar si se han llevado a término cuando acabe la legislatura:

1. Realizar una auditoría sobre la deuda pública. Renegociar su devolución y suspender los pagos hasta que se haya recuperado la economía y vuelva el crecimiento y el empleo. La auditoría ya está en marcha; encargada a una comisión internacional dirigida por Éric Toussaint. Es muy importante para saber qué parte de la deuda se considerará ilegal porque no se ha generado en beneficio del país, es decir, ha sido derrochada, por ejemplo, realizando contratos fraudulentos. Mayor problema está siendo y será la renegociación de la deuda, que se encuentra en gran parte en manos de los miembros de la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), ahora llamada "Instituciones", y que, siempre bajo la supervisión de Alemania, no estarán dispuestos a dar su brazo a torcer, no sea que cunda el ejemplo en otros países de segunda fila del Sur de Europa.

2. Subir el impuesto sobre la renta al 75% para todos los ingresos por encima del medio millón de euros. Actualmente, el tipo más alto del impuesto está en el 42%, para las rentas superiores a 42.000 euros. Estos módulos fueron instaurados en 2013, dicen que para agradar a la Troika. Anteriormente sólo los que ganaban más de 100.000 euros tributaban el máximo, que entonces era del 45%. Syriza consideró aquella reforma un regalo para los ricos. Será el país con el tipo marginal más alto de Europa, por encima de Dinamarca y Suecia, que rondan el 56%. No obstante, la medida no tiene mucho sentido si no va acompañada de más modificaciones en los tramos del IRPF, porque el número de griegos que ganan ese dineral es ínfimo.

3. Suprimir los privilegios fiscales de la iglesia y los armadores de barcos. La Constitución griega de 1975 reconoce que la religión que prevalece en Grecia es la de la Iglesia Ortodoxa. A pesar de que desde 2010 la Iglesia paga un 20% por sus ingresos brutos, mantiene un patrimonio incalculable (literalmente, nadie parece haber sido capaz de calcularlo), por el que no tributa. En cuanto a los armadores, se trata de unas 800 familias, que mantienen la flota más importante del mundo por capacidad, que generan el 8% del PIB y dan trabajo a 250.000 personas. Tienen múltiples ventajas fiscales, algunas reconocidas en la propia Constitución. Amenazan con marcharse del país si se las quitan.

4. Rebajar drásticamente el gasto militar. La afirmación resulta ambigua. ¿Cuánto es drástico? La verdad es que Grecia mantiene un gasto militar excesivo, comparado con el resto de países de la unión europea. En enero de 2012, según la página web Indexmundi, citando al CIA World Factbook, el gasto militar del país heleno representaba el 4,3% de su Producto Interior Bruto. En Francia, ese gasto era del 2,6%, en Italia el 1,8%, en Alemania el 1,5% y en España el 1,2%. Sobre un PIB de unos 200.000 millones de euros, Grecia habría gastado alrededor de 9.000 millones en su ejército. Otras fuentes, sin embargo, reducen ese gasto militar heleno, sobre todo en los últimos años, pero siempre situándolo por encima de la media de la Unión Europea. Alemania, que obligó a Grecia a llevar a cabo recortes sociales, no parece haber pedido un recorte en su gasto militar. Quizá por la cantidad de tanques Leopard (de fabricación alemana) que tiene Grecia. En mi opinión, un 50% de reducción del gasto sería "drástico". Claro, que hay que tener en cuenta que la actual república griega se inició con un golpe de estado militar. De ahí proviene quizá la tendencia del país a gastar mucho en armamento.

5. Utilizar los edificios del Gobierno, la banca y la iglesia para alojar a personas sin hogar. Supongo que los edificios oficiales del Gobierno no están adaptados para que vivan personas en ellos. La medida lógica podría ser venderlos o demolerlos y construir viviendas. La iglesia ortodoxa es uno de los mayores propietarios del país. Sus inmuebles se gestionan desde 2013 por una sociedad inmobiliaria participada por el Estado. Para muchos, quitarles los edificios a la banca y a la iglesia es comunismo (usando la palabra en forma despectiva, como si el comunismo fuera algo intrínsecamente malo). Pero yo he leido en el programa "utilizar los edificios para alojar personas", no "expropiar los edificios para alojar personas". En cualquier caso, a mí me parecen las personas más importantes que la propiedad privada.

6. Ofrecer sanidad pública gratuita para las personas desempleadas, sin hogar o sin ingresos suficientes. Con la crisis, entre un 30 y un 40% de la población griega ya no tiene sanidad pública, pues la cobertura se pierde tras pasar un año en paro o si dejas de cotizar. Consecuentemente, mucha población acude a clínicas sociales. De momento, en abril de 2014, el primer ministro Tsipras ha eliminado los cinco euros que se pagaban en la consulta de las clínicas públicas. Por algo se empieza.

7. Nacionalizar los bancos. Así de escueto aparecía en el programa electoral. Después, en enero de 2015, se matizó, proponiendo nacionalizar algunos bancos. Según los dirigentes de Syriza, el 75% de los préstamos de las instituciones europeas han ido en realidad a rescatar a los bancos. Y más que a los bancos, a los banqueros. Una tercera posibilidad, apuntada por Varoufakis (el carismático ministro de finanzas griego), sería nacionalizar ciertos bancos, limpiarlos, echar a los banqueros que los gestionaron mal y volverlos a vender al sector privado.

No hay comentarios: