viernes, 13 de noviembre de 2015

Siete procesos de secesión

La secesión, según el diccionario, es el acto por el que se separa de una nación parte de su pueblo y territorio. Me parece un término más concreto que el de independencia, porque hace referencia a un país que está unido. No se pueden considerar, en mi opinión, actos de secesión la independencia de la India o de Estados Unidos respecto de Gran Bretaña, pero sí, por ejemplo, la independencia de Escocia, si esta se hubiera producido.

Por eso, el proceso de independencia de Cataluña creo que debería llamarse proceso de secesión, porque España es una nación y Cataluña una parte de ella, aunque mucha gente la considere también nación.

Soy absolutamente neutral en el tema de la secesión de Cataluña, porque, como dijo Jodorowsky, mi patria son mis zapatos. Si hubiera nacido en Japón, sería japonés y si hubiera nacido en Francia, sería francés. No habría venido a España a convertirme en español. Así que soy español por nacimiento, no por convicción, aunque vivo divinamente en España y me encanta.

Vamos a relacionar brevemente siete procesos de secesión más o menos exitosos:

1. Eritrea. Los habitantes de esta nación nunca se consideraron etíopes, pero el reparto del mundo después de la segunda guerra mundial los colocó dentro de Etiopía. Lograron su independencia gracias a la lucha armada. Tras la conquista por el Frente Popular de Liberación de Eritrea de las principales ciudades del país, Etiopía permitió el plebiscito en 1993, que fue favorable a la secesión en un 99,8%. Después de la separación se han sucedido los conflictos fronterizos entre ambos estados.

2. Eslovaquia. En realidad, se trata más de una separación que de una secesión, puesto que Checoslovaquia era una entidad impuesta por la URSS, que unía Bohemia y Moravia (República Checa) con Eslovaquia. Ambos pueblos habían sido unidos ya en 1918. Tras la revolución pacífica de 1991, que derrocó el régimen comunista, se formalizó la separación pacífica en 1993. Pero fue decidida por los políticos, no hubo referéndum. A la gente normal parece que le daba lo mismo estar juntos que separados. Ni la República Checa ha mejorado al deshacerse de la más pobre Eslovaquia, ni esta ha mejorado por ser independiente.

3. Montenegro. La Yugoslavia comunista, que antes fue el reino de los croatas, los serbios y los eslovenos, casi terminó de desmembrarse con la separación de Montenegro de Serbia. Lo interesante del referendum que se celebró en Montenegro en 2006 fue la pregunta, que era muy clara: "¿Quiere usted que Montenegro sea un Estado independiente con una total legitimidad internacional y legal?". También las condiciones para la secesión: La primera es que votara más del 50% de los electores y la segunda es que la secesión fuera apoyada por una supermayoría del 55% de los votos. La mayoría lograda finalmente fue del 55,5%.

4. Kosovo. Un ejemplo de declaración de independencia unilateral. En febrero de 2008, tras unas elecciones, el parlamento de esta región declararó la independencia. Hay que recordar que la mayoría de los habitantes de Kosovo son albaneses, pero que la región estaba integrada en Serbia. Una declaración de independencia sin contar con el estado central parece contraria al derecho internacional. Pero eso depende de los amigos que se tengan. Los Estados Unidos reconocieron al nuevo estado, y la ONU y la UE los siguieron. A pesar de que Rusia consideró la secesión ilegal, se está agarrando a ella en los asuntos de Ucrania, y en su momento llegó a decir a Estados Unidos que tras lo de Kosovo debería también apoyar las reivindicaciones secesionistas en España. En nuestro país, por supuesto, y por esas razones, el gobierno se ha opuesto a reconocer al nuevo estado.

5. Sudán del Sur. Este país formaba parte de Sudán, el estado más extenso de África, que obtuvo la independencia de la dominación angloegipcia en 1956. Pero Sudán era un país artificial, fruto de la dominación colonial, en el que norte y sur no compartían costumbres y religión. Por eso, desde la independencia, y hasta 1972, se desarrolló una guerra civil entre ambos territorios. En 1983 comenzó otra guerra civil, que no solo enfrentaba norteños contra sureños, sino también a las diversas etnias del sur, todo ello aderezado con el descubrimiento de petróleo en la zona meridional. En 2005 acabó la guerra con un acuerdo que concedía seis años de autonomía al sur, hasta el referéndum de 2011, en el que la secesión obtuvo casi un 99% de votos. Sin embargo el nuevo país sigue en una guerra civil intermitente desde 2013 entre las dos etnias mayoritarias, y su población es de las más pobres del mundo, a pesar de la riqueza petrolífera que atesora.

6. Quebec. No os asustéis, Quebec no se ha separado de Canadá sin que os hayáis enterado. Pero es un buen ejemplo de la forma de ver las cosas en otros países. Esta provincia canadiense, de mayoría francófona, tiene un partido independentista fuerte, que en 1995 promovió un referéndum con una pregunta no muy clara sobre su soberanía. Como respuesta, el gobierno central de Canadá consultó al Tribunal Supremo (allí no hay Tribunal Constitucional) si la Constitución permite la secesión. Este dijo que se tiene derecho a la independencia en algunos casos, como el de las colonias, pero que Quebec, a pesar de tener otro idioma, forma parte de Canadá y no tiene derecho a declarar su independencia de manera unilateral. Sin embargo, reconoce que, si la mayoría de los quebequeses lo piden, el gobierno central debe negociar con ellos. Tras este dictamen, el gobierno de Canadá aprobó la Ley de Claridad, que establece que, en el caso de que una provincia quiera secesionarse, debe hacer una pregunta medirianamente clara sobre si se desea un país independiente, nada de preguntas sobre supuestos estatutos de soberanía asociada al Canadá. Si hay una mayoría suficiente, se negociarán los términos de la secesión. De esta manera, se asegura que los secesionistas quieren realmente un país nuevo, y no ventajas para sus ciudadanos con respecto a otras partes del estado.

7. Escocia no es tampoco un país independiente todavía. Y no lo es porque así lo han decidido sus habitantes en referéndum en el 2014. Escocia sí fue un estado independiente, pero dejó de serlo en 1707 al unirse con Inglaterra. Tras las reivindicaciones de mayor autonomía fue dotada de parlamento propio en 1998. En 2014, y tras negociar con el gobierno del estado, se hizo una pregunta clara: "¿Escocia debería ser independiente?". El resultado fue que un 55,3% de los que vivían en Escocia dijo que no. Pero antes no hubo crujir de dientes, ni rasgar de vestiduras, ni amenaza de mandar tanques, ni nada parecido. En Gran Bretaña no existe un sentimiento en los partidos gobernantes de indivisibilidad de la nación, pues no tienen conflictos bélicos internos cercanos y asumen que son un estado de varias naciones. Incluso muchos conservadores ingleses piensan que les iría mejor sin Escocia.

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