jueves, 2 de junio de 2016

Siete lugares de Ciudad Real y Alcázar de San Juan

En Marzo de 2016 visité Ciudad Real, pasando también por Alcázar de San Juan. De este viaje me queda un grato recuerdo, sobre todo de estos lugares, colocados en el orden cronológico en que pasé por ellos:

1. Casa del carillón. Esta casa, cuyo nombre oficial es "Casa del Arco", se encuentra en la plaza del Ayuntamiento y, en tiempos, fue la casa consistorial. Lo interesante de ella es que, desde el año 2005, tiene un carillón (o carrillón, que de las dos maneras se puede decir), en el balcón. A ciertas horas escogidas, tres figuras autómatas de tamaño natural, que representan a Cervantes, Don Quijote y Sancho, salen por una puerta y realizan diversos movimientos al son de la melodía de las campanas.

2. Museo del Quijote. Se encuentra situado a las afueras de la ciudad, al lado de un enorme parque. Lo que más me llamó la atención fue una muestra temporal en la que se exponían toda clase de artilugios usados en los tiempos de Cervantes para las representaciones teatrales: máquinas de hacer ruidos, tramoya, trucos visuales, etc. Además, podías tocarlo todo.

3. El Museo de Ciudad Real está instalado en dos edificios. En el primero se encuentran exposiciones de arqueología y paleontología, donde te cuentan cómo vivían los habitantes de la ciudad desde la prehistoria. Está bastante bien aunque un poco desangelado. El Convento de la Merced se dedica a las bellas artes. Además de contar con pinturas barrocas, es la sede de la colección de arte contemporáneo del gobierno de Castilla La Mancha, que merece mucho la pena, pues reúne una estupenda colección de muchos de los autores españoles más aclamados del siglo XX, como Tapies, Dalí, Miró, Antonio López, Chillida, Ouka Leele o Antonio Saura.

4. Casa museo López Villaseñor. En una preciosa casa del siglo XVI, perfectamente conservada y donde nació Hernán Pérez del Pulgar, se encuentra este museo dedicado al pintor Manuel López Villaseñor, cuya obra, si no le conocías, te deja boquiabierto. Representante de la pintura española de la segunda mitad del siglo XX, sus lienzos pasan del realismo de su juventud al esencialismo o al tenebrismo en su madurez. Lo importante es que ninguno de ellos te deja indiferente, porque todos parecen tener la intención de remover algo en el observador, y a fe que lo consiguen.

5. Comimos en el restaurante Carmen Carmen, que se encuentra en la calle Toledo, una de las arterias principales de Ciudad Real. Se trata de un gastrobar de moda en el que te ponen una tapa individual si pides un vino o una caña (queso con cebolla caramelizada, minihamburguesas, etc.). La carta pretende ser moderna y a veces lo consigue. Las presentación, tanto del ambiente como de la comida está bastante cuidada. Pero si quieres algo más tradicional, el Restaurante El Ventero, en la Plaza Mayor, en el que cenamos, te ofrece un ambiente manchego, con sus platos típicos, como el pisto, los duelos y quebrantos, las gachas o las migas, de una calidad aceptable y con un buen trato por parte de los camareros.

6. Museo Casa del Hidalgo. Ya en Alcázar de San Juan es muy interesante la visita a este museo, situado en una preciosa casa del siglo XVI, en la que se recrean las diversas estancias del hogar de los hidalgos que inspiraron a Cervantes para crear a Don Quijote. La visita es muy entretenida, porque, además de ver, se puede tocar y oler. Por ejemplo, puedes probarte una armadura, sombreros o trajes de la época y ver lo ridículo que estás. Tiene pequeños juegos interactivos y proyecciones audiovisuales muy didácticas.

7. Molinos de viento. A la salida de Alcázar de San Juan, coronando un cerro llamado de San Antón se encuentran cuatro molinos de viento blancos y bien cuidados, que tienen nombres alegóricos al Quijote: Rocinante, Barataria, Fierabrás y Barcelona. Uno de ellos tiene la maquinaria intacta y se puede visitar. Otro es un centro de interpretación del paisaje de La Mancha.

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