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domingo, 24 de junio de 2018

El hombre que pudo triunfar

Ahora que, después de dejar la basura en los contenedores, aprovecho para echar un cigarro antes de bajar el cierre del búrguer, recuerdo aquél día de verano en que pudo cambiar mi vida.

Era 1981. Si paseabas sin Loden por Princesa, Argüelles o Moncloa, los maderos te paraban constantemente. Mucho peor si llevabas pitillos y el pelo enredado.

Sin embargo, en Usera tus pintas podían ser una mezcla de Iggy Pop y Ozzy, tal como los habías visto en los Popular 1 desde 1978. Además, si cantabas imitando a Freddy Mercury en una banda de rock, pues cojonudo. Y si la banda sonaba bien ya era la hostia.

Porque éramos muy buenos. Charlie, mi guitarrista, era autodidacto, pero sabía hacer hablar a su instrumento. El Christian y el Frenos, al bajo y a la batería, formaban una base rítmica compacta y sin fisuras. Nos pasábamos las tardes y las noches ensayando, después de los curros, hasta que conseguimos un sonido increíble de heavy metal. Mis letras no desentonaban y en nuestro repertorio había tres o cuatro himnos que cerca de cien incondicionales coreaban en los conciertos.

Por eso éramos los favoritos. Después de vernos en un ensayo, El Fortu había comentado con algunos colegas que su grupo no tenía nada que hacer contra nosotros, y que aspiraban al segundo puesto del Rock Villa de Madrid.

Así llegamos a semifinales. El ambiente en el local era brutal, todo el barrio estaba allí metido para ver como arrasábamos. Naturalmente, nos habían colocado los últimos. En teoría se había hecho por sorteo, pero todos sabían que íbamos a ganar. Debíamos ser el colofón de una noche inolvidable.

Pues ¿Qué creéis que pasó cuando salíamos al escenario? Un apagón. No me jodas. Se recuerdan los disturbios que se produjeron en la cárcel de Carabanchel aquél día. Pero pocos hablan de la movida en nuestro concurso. Confusión, gritos, patadas, puñetazos. Unos cuantos aprovechados arramblaron con todo lo que había en el escenario. Desde los micros hasta los amplis. Incluso quisieron arrancarle al Christian el bajo de las manos.

Un desastre. La organización suspendió la semifinal y El Fortu y su banda pasaron a la última ronda, que ganaron con comodidad. Aquél día mi suerte pudo haber cambiado. Pero no me quejo. Tuve mi momento y no lo aproveché. Algunos nunca llegarán a rozar la gloria con la punta de los dedos.

Echemos el cierre, que mañana hay que madrugar.

martes, 5 de julio de 2016

Siete canciones de los Beatles inspiradas en obras de música clásica

Ya hablé en otra entrada de la canción Because de los Beatles y de la leyenda según la cual se trata de la sonata Claro de Luna de Beethoven con los acordes al revés, tras haber escuchado Lennon a Yoko Ono interpretar al piano la pieza de Ludwig van.

Vamos a buscar otras canciones de los cuatro de Liverpool que han sido inspiradas, que coinciden en alguna melodía o que se parecen a obras de la música clásica. Veréis que la mayoría de la música en que se inspiraron los Beatles era barroca. Es bastante lógico, pues se trata de una música sencilla de apreciar y muy florida, que guarda bastante relación con el rock and roll.

1. P.S. I love you, cara B del primer sencillo de los Beatles, publicado el 5 de octubre de 1962, fue escrita por Paul McCartney mientras se encontraba en Hamburgo en el año 1961. Quizás escuchó allí, quizás en su propia casa, influido por su padre, el segundo movimiento, adagio, del tercer concierto para violín, K 216 de Mozart, y por eso coinciden los primeros compases de su canción con los de la bella melodía del tema principal de la obra del gran Amadeus. Curiosamente, ambas fueron escritas por sus autores a la edad de diecinueve años.

2. Yesterday es seguramente la canción más famosa de los Beatles. Supuso varios cambios en la carrera del grupo. Fue la primera que grababa un miembro en solitario (Paul con su guitarra). Fue la primera vez que se usó un cuarteto de cuerdas para un grupo de rock (idea del legendario productor George Martin) y atrajo a un público más adulto. Por cierto, uno de los primeros en usar el cuarteto de cuerdas con guitarra fue el compositor italiano del siglo XVIII, afincado en Madrid, Luigi Boccherini, como en este Quinteto en re mayor.

3. In my life apareció en el disco Rubber Soul en diciembre de 1965. Está compuesta por John Lennon, aunque Paul reivindica que participó en la letra y en la música. La parte clásica (barroca más bien) es el solo de piano, inspirado en El clave bien temperado, de Bach. Como esta es una obra inmensa, que tenía una finalidad didáctica, por lo que contiene preludios y fugas en las 24 tonalidades de la música occidental, únicamente os pediré que comparéis el solo de la canción (parece que escrito por George Martin), con la música que suena a partir del minuto 1:45 de la obra de Bach.

4. Eleanor Rigby fue compuesta por Paul McCartney en 1966. El resto de los componentes de la banda echaron una mano, sobre todo con la letra. Supone una evolución en la música de los Beatles, pues no tocan ellos los instrumentos, sino que un octeto de cuerda acompaña a las voces. Parece que en esa época Paul estaba escuchando las cuatro estaciones de Vivaldi, influido por su novia en aquel momento, Jane Asher. De este ciclo de cuatro conciertos para violín y orquesta, los violines usados en Eleanor Rigby me recuerdan al primer allegro del invierno, aunque George Martin afirmaba que se inspiró en cómo sonaba la cuerda en las bandas sonoras que Bernard Hermann compuso para Psicosis o Farenheit 451.

5. Penny Lane fue escrita por Paul McCartney en 1966 y editada en 1967 en un sencillo, junto con Strawberry Fields Forever. Está dedicada a una calle de Liverpool y, para el famosísimo solo de trompeta piccolo, Paul se inspiró en una transmisión que vio del segundo concierto de Brandemburgo, de Bach, con el solista Dave Mason. Por eso invitó a este mismo instrumentista a participar en la grabación. Este es uno de los seis conciertos para diversos instrumentos que Johann Sebastian dedicó al marqués de Brandemburgo en 1721 y que había compuesto mientras era maestro de capilla en Köthen.

6. She's leaving home  apareció en el álbum Sargent Pepper's Lonely Hearts Club Band. Habla de una chica que abandona a sus padres y huye con un hombre. Paul escribió la melodía principal (lo que la chica hace y piensa) y John los coros (la parte de los padres). Los Beatles no tocan aquí los instrumentos, que son una sección de cuerdas y un arpa. Tiene un tiempo de tres por cuatro, de "valsesito" lento o mazurca, con una melodía melancólica de la que el reputado compositor y escritor Ned Rorem dijo que habría sido digna de Schubert o de Chopin, como la del Vals del adiós, que el músico polaco no publicó en vida, ya que le parecía demasiado simple y que, según se dice, dedicó a una novia antes de separarse de ella.

7. Blackbird fue compuesta en 1968 por Paul McCartney para el álbum blanco. Trata sobre el racismo y está inspirada en la Bourrée en mi menor BWV 996 de Bach, que es, como se puede apreciar, uno de sus compositores favoritos. El propio McCartney reconoció esta influencia en un programa de televisión de 2006 y tocó unos compases de la pieza de Bach (aunque cambiando algunas notas). Esta Bourrée es el quinto movimiento de una suite para laúd, y se ha hecho famosa porque todos los guitarristas clásicos (y muchos roqueros) la saben tocar.

Podemos encontrar influencia directa de la música clásica en otras canciones de los Beatles, como Piggies, Strawberry fields forever, For no one, All you need is love, A day in the life o I am the walrus.