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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Siete normas religiosas

Por si pensáis afiliaros a alguna religión, aquí os dejo ciertas normas que tendréis que seguir, dependiendo de la que escojáis. Intentaré fijarme únicamente en lo que la religión oficial dice, sin hacer caso de las leyes que algunos países, escudándose en la religión, imponen a sus ciudadanos para tenerlos controlados:

1. El diezmo. Si te conviertes a la Iglesia Pentecostal, a la Iglesia Adventista, a la Metodista o a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) deberás aportar la décima parte de tus ganancias a la Iglesia.
El Antiguo Testamento (Malaquías 3:10) lo impone claramente: "Traed todos los diezmos al alfolí (granero) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde". En el Nuevo Testamento no se especifica claramente que haya que pagar un diezmo a la Iglesia, pero se pueden hacer muchas interpretaciones de la Biblia. Alguna otra Iglesia pide también el diezmo y muchas una donación voluntaria; sobre todo, las que reciben fondos del estado.

2. Cuida tu cabello. Pensaréis, ¿qué tiene que ver el pelo con la religión? Según algunas religiones, mucho. En la Biblia se dan unas instrucciones bastante precisas sobre cómo llevar el pelo. En 1 Corintios 11:14-15: "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello." Lo curioso es que a mí siempre me ha parecido que Jesucristo llevaba el pelo largo. Las mujeres de algunas comunidades cristianas cubren su cabello, como los menonitas (amish). El Corán dice a las creyentes que bajen la mirada y guarden su castidad, sin mostrar sus atractivos. Esto se ha interpretado en muchos casos como que una vez alcanza la mujer la edad de la menstruación, ninguna parte de su cuerpo debe ser vista, a excepción de la cara y las manos. También la religión judía considera una virtud de modestia vestir velo.

3. Cuida tu vestimenta. En la Biblia, Deuteronomio 22:5, se dice: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace". La discusión sobre qué es ropa de hombre y ropa de mujer puede ser infinita, porque varía mucho según las culturas. Esta discusión se ha instalado en algunas iglesias, como la adventista, por ejemplo, sobre si la mujer debe llevar pantalones. El judaísmo ortodoxo no permite a la mujer llevar pantalones, porque el espacio entre las piernas de una mujer es zona sagrada. Igualmente, las mujeres pentecostalistas y las menonitas optan por la falda.

4. El día de descanso. Los adventistas no pueden trabajar desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado. Ello les puede causar problemas en el trabajo, pues entran en conflicto el derecho a la libertad religiosa con el derecho del empresario a organizar su empresa. Igualmente, los judíos, que fueron los que inventaron el día de descanso semanal, copiado después por cristianos y musulmanes, deben observar, si quieren cumplir con las normas de Moisés, el sabbat, desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado.

5. La tela de tus vestidos debe ser de un solo tipo de hilo, sin mezcla. ¿Cómo os quedáis? Pues eso lo dice la Biblia en Levítico 19:19: "Mis estatutos guardarás. No ayuntarás tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos". La Torá reproduce esa misma ley en Deuteronomio 22:12, aunque únicamente referida a lana y lino: "No vestirás tela tejida con mezcla de lana y de lino juntos". Los judíos ortodoxos cumplen estrictamente esta norma. Por ejemplo, para recibir el premio nobel de economía en 2005, a Robert Aumann le proporcionaban un traje de gala. Él pidió que lo examinaran al microscopio en Israel para ver si tenía "shatnez" (mezcla). Sí la tenía. Parece ser que un equipo de sastres tuvo que quitarle los hilos de lino. Y voy yo y me lo creo.

6. Cuida tu alimentación. El hinduismo prohíbe el consumo de carne de vaca. Tampoco se puede maltratar a estos animales, que se consideran sagrados, y a los que hay que alimentar. En realidad, como casi siempre, la religión es práctica. En un país como la India las vacas producen leche, estiércol y bueyes (para trabajar el campo), que son más necesarios que la carne.
La Torá permite a los judíos el consumo de animales terrestres que tengan pezuñas y rumien, lo que excluye cerdos, pero también conejos, ardillas, liebres, perros, caballos, camellos, etc. Tampoco un judío puede comer carne y lácteos al mismo tiempo, lo que obliga a muchas incomodidades en las cocinas judías, para cuidar de que ambos tipos de alimentos no se mezclen. Los judíos sólo pueden comer animales marinos con aletas y escamas, lo que excluye el marisco, el pulpo o el pez espada. También hay aves prohibidas para su consumo, como el faisán.
El Corán prohíbe a los musulmanes específicamente comer cerdo y beber alcohol. El resto de animales prohibidos están en la Sharia, la ley islámica. Suelen ser animales que normalmente no se comen en nuestra sociedad, como insectos, reptiles o grandes depredadores. También los musulmanes practican el Ramadán, que es un ayuno, durante un mes, desde el alba a la puesta del sol.

7. Si eres mujer debes tomar más precauciones y seguir más normas que si eres hombre. Las cartas de San Pablo son claras sobre el papel de la mujer: "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio" (1 Timoteo 2:11-12). "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor" (Efesios 5:22). "Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación" (1 Corintios 14:35)
En el Corán (Sura 4:34), también se dan instrucciones de obediencia a las mujeres: "Los hombres están a cargo de las mujeres debido a la preferencia que Allah ha tenido con ellos, y deben mantenerlas con sus bienes. Las mujeres piadosas obedecen a Allah y a sus maridos..."

miércoles, 28 de mayo de 2014

Siete muestras de machismo en España

El machismo sigue muy arraigado en la sociedad occidental. Todos hemos sido educados en él y parece que estamos educando a nuestros hijos de la misma manera. No hay más que asomarse a cualquier ámbito para encontrarlo sin mucha dificultad. Y lo peor es que ese machismo enraizado se vuelve violento con mucha facilidad. Obviando las encuestas de opinión, intentaré mostrar diversos ejemplos objetivos de machismo.

1. Machismo en las leyes. Es muy difícil encontrar legislación machista en España. La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres parecía que era el aldabonazo final que erradicaba el machismo de la legislación española. Pero, como en otras cuestiones, España vuelve al pasado, porque podemos considerar machista la "Ley Orgánica de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada" que se acerca. Una ley que será inútil, pues los abortos no se reducen criminalizándolos, como demuestran los estudios de la Organización Mundial de la Salud. Da la impresión de que el gobierno conservador español no se atreve a prohibir directamente el aborto, como le recomienda la Iglesia Católica, y por eso lo complica, tratando a las mujeres como seres inferiores, sometidos a la tutela del médico o del juez.

2. Machismo en el diccionario. El diccionario de la lengua de la Real Academia Española contiene numerosas muestras de machismo en el idioma, herencia de tiempos pretéritos, pero que todavía no se han corregido. No hay más que ir a ciertas acepciones de hombre, mujer, masculino y femenino. Hombre: Individuo que tiene las cualidades varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza. Mujer: Que tiene las cualidades femeninas por excelencia. Femenino: Débil, endeble. Masculino: Varonil, enérgico.

3. Machismo en los libros de texto. Las editoriales tienen mucho cuidado a la hora de imprimir textos con contenidos machistas, aunque algunos se les escapan, como este típico ejemplo: "Los pueblos nómadas son aquellos que se trasladan de un lugar a otro con sus enseres, animales, mujeres..." Sin embargo, en cuanto a las imágenes se aprecian más deslices. Cuando se ejemplifican mujeres triunfadoras suelen salir deportistas o princesas, mientras que para los hombres se utilizan científicos o escritores, como si las mujeres no hubieran escrito o descubierto nada.

4. Machismo en la religión. La religión católica, mayoritaria en España, no deja oficiar misa a las mujeres, lo cual ya es una muestra de machismo extrema. La Biblia está llena de ejemplos, fruto, quizá, de la época en que fue redactada. Ya en Génesis 3:16, Jehová dice a la mujer: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus embarazos, con dolor darás a luz los hijos, tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti. Todas las religiones basadas en la Biblia, si no borran frases de ese tipo del libro sagrado, siguen siendo machistas. Igualmente, el Islam, que es una adaptación de la tradición judeo-cristiana, sigue la misma línea. En nombre de la religión, se obliga a muchas mujeres a vestir de determinada manera para ocultar ciertas partes de su cuerpo. Esto es machismo puro y duro, y si no, que venga Dios y lo vea.

5. Machismo en la publicidad. Todos hemos visto la utilización indiscriminada de esbeltas mujeres semidesnudas para anunciar casi cualquier cosa. Además, se las enfoca desde ángulos que las muestran sumisas o receptivas. Los anuncios de cerveza, tradicionalmente machistas, son de los peores, pues se supone que los hombres beben más (otra muestra de machismo). Un anuncio reciente muestra a un grupo de amigas que se emocionan ante un armario lleno de ropa, mientras que sus supuestas parejas lo hacen ante un armario parecido lleno de cervezas. Claro y rotundo.

6. Machismo en el arte. El arte siempre ha reflejado la sociedad en la que estaba inscrito. La pintura, por supuesto, ha sido tradicionalmente machista, salvo algunas excepciones protagonizadas por mujeres, como la pintora del siglo XVII, Artemisia Gentileschi. La mujer siempre se ha representado encerrada y sumisa. Sólo a partir del siglo XX, autores como Picasso retratan una mujer libre y emancipada. En la música el machismo se mantiene. Las letras de las canciones dedicadas a la belleza femenina son infinitas, desde el reguetón a la música indie. El fenómeno fan, alentado desde ciertas revistas juveniles, enseña a las adolescentes a aceptar su rol de simple adoradora de ídolos. La literatura ofrece libros especialmente creados para mujeres, que subliman el amor romántico y ofrecen a la mujer, como meta principal de su vida, el matrimonio. Este estereotipo se traslada al cine y la televisión, como en "La boda de mi mejor amigo" o "Sexo en Nueva York."

7. Machismo en el protocolo. La palabra protocolo no se refiere únicamente al comportamiento en las ceremonias, sino también a las normas de cortesía que se deben seguir en las situaciones cotidianas. Un ejemplo claro es ceder el paso a las mujeres cuando se pasa por una puerta, lo que en ciertos ambientes te define como un caballero. Pero en las ceremonias las muestras son múltiples, como estrechar la mano de los hombres y besar la mano de las mujeres (pero no la de las solteras) y tontunas de ese estilo.