lunes, 14 de noviembre de 2016

Siete lugares de Donostia/San Sebastián

Los días 9 a 12 de septiembre de 2016 viajé a San Sebastián para hacer un poco de turismo. Pero turismo del que a mí me gusta, con pocas iglesias y muchos pintxos. Aquí os dejo siete localizaciones de mi viaje que creo que deben visitarse:
1. La bahía de la Concha condiciona la arquitectura de la ciudad, que se ha construido en torno a ella. Contiene la playa de la Concha y la de Ondarreta. Su forma está remarcada por el paseo que la bordea, con su emblemática barandilla. Es imprescindible recorrer este paseo, de unos dos kilómetros, a cualquier hora del día. Saliendo de la Parte Vieja y pasando por el náutico, el Ayuntamiento, el hotel Londres, La Perla, el palacio de Miramar o los jardines de Ondarreta, llegarás hasta el peine del viento, el conjunto escultórico de Chillida. Mira las farolas del paseo, en las que se inspira el premio Donostia del festival de cine. En la playa te puedes bañar si hace buen tiempo y consigues encontrar un sitio para poner la toalla (cuidado con la marea, que sube muy deprisa). Aquí llegan también las regatas de traineras, tumultuosamente seguidas desde la barandilla. En medio de la bahía se encuentra la isla de Santa Clara, que la convierte en inconfundible.
2. En ambos extremos de la bahía de la concha se alzan dos montes. El de la izquierda es el monte Igueldo, al que se sube en un funicular vintage y que tiene en la cima un pequeño parque de atracciones, también con aroma antiguo. Desde arriba se contempla una vista espectacular de la ciudad, y más si te atreves a subir los escalones del torreón. A la derecha está el monte Urgull, al que se puede ascender andando por los caminos que discurren entre su exuberante vegetación, pero es menos cansado subir en un pequeño autobús. Arriba se encuentra el Castillo de la Mota, que sostiene sobre una de sus capillas la estatua del Sagrado Corazón de Jesús. Bajando por la ladera, vemos varias fortificaciones medio derruidas y el cementerio de los ingleses, que consiste en algunas lápidas desperdigadas de varios soldados muertos, al parecer, durante las guerras carlistas del siglo XIX. Al pie de este monte, desde el paseo de Salamanca, se puede contemplar el auditorio Kursaal y el palacio de congresos. Son dos cubos gigantes que por el día parecen sucios y sólo son bonitos cuando se iluminan. Al pie de este complejo arquitectónico está la playa de Zurriola, llena de surfistas, y desemboca el río Urumea. Desde la desembocadura puedes ver los tres últimos, y preciosos, puentes: el de Zurriola (también llamado del Kursaal), con sus icónicas y cónicas farolas, el de Santa Catalina y el de María Cristina. A la derecha se encuentra el teatro Victoria Eugenia y el Hotel María Cristina, construidos durante la Belle Époque y donde te puedes cruzar con estrellas de cine si acudes durante el festival.
3. Al pie del monte Urgull, entre el puerto y la desembocadura del río, la Parte Vieja es la zona con la arquitectura más tradicional. En sus estrechas callejuelas, llenas de locales, puedes saborear lo mejor de esa gastronomía efímera que son los pintxos. La calle del Puerto es un hervidero casi todo el día. Allí está el mesón Portaletas, donde tomamos varios deliciosos pintxos calientes y fríos en una de las mesas de la entrada. En la Plaza de la Constitución, que tiene números en los balcones, porque en tiempos fue plaza de toros, un escenario albergaba por la tarde una actuación de bandas de música tradicional vasca y de dantzaris, a los que vimos ensayar. En la plaza de Zuloaga encontramos el Museo de la Sociedad Vasca de San Telmo, pero preferimos entrar al cine allí al lado y vimos "Tarde para la ira", la aclamada película de Raúl Arévalo, a la que califico con un 7,5. Buen thriller, con sorpresas, pero sin caer en tópicos. Para salir o entrar a la Parte Vieja puedes usar también la Alameda del Boulevard, una calle comercial que va desde la Concha al río y en la que se ubica una oficina de turismo.
4. El Barrio Centro es una zona de edificios muy homogéneos y que se ven caros, en el que se han instalado los bancos, las aseguradoras y todo ese tipo de negocios. En él se encuentra la Catedral del buen Pastor, uno de los edificios más impresionantes de la ciudad que, a pesar de parecer gótica, fue construida a finales del siglo XIX. En la calle San Martín, 30, al lado de la catedral, bajo los soportales, está el bar Iturrioz, decorado en blanco, en el que los pintxos de la barra no se ven desde la calle, porque los tapa una columna. Ahí probamos el bacalao, exquisito. En la calle San Marcial, 48, cerca del hotel Londres y La Concha está el bar La Espiga, un local grande con aires de cafetería, pero mucha variedad de buenos pintxos en la barra.
5. El Barrio de Gros está situado entre la playa de Zurriola y el río Urumea. Es un barrio residencial donde puedes ver muchos surfistas con la tabla debajo del brazo. En La Bodega Donostiarra, que está en la calle de Peña y Goñi, 13, tomamos una tortilla de chorizo y en casa Senra, en la la calle San Francisco, 32, tortilla de bacalao y champiñón con foie, que estaba deliciosa. Dicen que El Bergara es uno de los mejores sitios de pintxos de San Sebastián, pero ya íbamos llenos y no entramos. Y es que hay que comer y beber con moderación. Muchas veces, si vas a cerveza, en vez de una caña pide un zurito, que es como un corto en otros lugares de España. Al salir de Gros paseamos por la orilla del río hasta el edificio Tabakalera, que es un centro cultural. También nos perdimos (literalmente) en el frondoso parque de Cristina Enea.
6. El Antiguo. Es un barrio que se llama así porque parece ser que fue la primera zona poblada de Donostia. Pero actualmente es un espacio residencial y comercial abierto y moderno. Antes de entrar en él hay que darse un paseo por el palacio de Miramar, que fue construido a finales del siglo XIX para que los reyes de España pudieran veranear allí. Actualmente es un centro cultural, en cuyos jardines vimos una exposición al aire libre. Saliendo de esos precioso jardines llegamos a la calle Matía, eje comercial del Antiguo. El bar Danena está al principio de la calle. En su terraza degustamos un champiñón con salsita "mu rico".
7. Hondarribia o Fuenterrabía es un pueblo situado a unos veinte kilómetros de San Sebastián, del que dicen que es uno de los más bellos de Euskadi. Es verdad que es bonito. Tiene un recinto amurallado en el que está el castillo de Carlos V, que actualmente es un parador. En el barrio de la marina se pueden ver sus tradicionales casas blancas, con los balcones de madera pintados de forma llamativa. Las verás en las calles Santiago y San Pedro. En el número 61 de esta última tomamos en el bar El Gran Sol un pintxo de berenjenas con gambas y otros fríos y agridulces, que contenían higos y mermeladas. Muy originales. El pueblo se encontraba en plenas fiestas patronales y, por el paseo marítimo, llegamos a la feria. En un parque a las afueras de la ciudad asistimos a una competición de levantamiento de piedras y de corte de troncos. Muy euskaldún.

Finalmente os enseñaré algunas palabras en euskera que aprendí durante mi visita. Para saludar hay que decir egun on por las mañanas, arratsalde on por las tardes y gabon por las noches. Pero lo normal es saludarse de una manera más informal, con kaixo, que significa hola, pero sobre todo con epa o aupa, que es el saludo más típico y que hay que practicar un poquito para intentar decirlo al estilo vasco. Y, por supuesto, para despedirse agur es imprescindible. Otra cosa, cuando veáis un cartel en un bar en el que pone komunak, ahí está el baño. Emakumeak es el de señoras y gizonak el de hombres, pero esto no es necesario saberlo porque normalmente hay un dibujito en las puertas.

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