lunes, 22 de febrero de 2016

Después del atropello

Después del atropello mi existencia cambió por completo. Pero a mejor. Cuando desperté del coma, dos meses después, encontré a mi novia al pie de la cama, con rostro cansado, ojos llorosos y sonrisa triste. Me alegré de verla allí, sin pararme a pensar en que antes casi no me hablaba y estábamos a punto de dejarlo. Fue quien me acogió en su casa cuando salí del hospital. Ya no vivía con ella esa especie de bulldog que era su compañera de piso. Y el sexo sin piernas es incluso más satisfactorio.

Con mi familia la cosa tampoco fue mal. Mi madre ya no se quejaba de que no la llamaba nunca. Mi hermano y mi cuñado (el "letrao" y el "arquiteto" los llamaba yo) dejaron de mirarme por encima del hombro, aunque ya no podían invitarme a jugar al pádel. Y mi padre me sonrió un par de veces, o eso creí adivinar.

Pero, si soy sincero, lo que más me impresionó fue el trato que recibí en el trabajo. El primer día me recibieron con canapés y bebidas. Mi sitio se encontraba acondicionado a la nueva situación. Todo el mundo fue muy amable conmigo, hasta Guadalupe, la zorra de recursos humanos. Se acabaron las prisas y los agobios por no llegar a la fecha de cierre, e inopinadamente mi sueldo subió, tanto que pude comprar el coche que necesitaba.

Si el destino me continúa sonriendo, Beatriz y yo nos trasladaremos pronto a una de esas nuevas urbanizaciones que están situadas a la derecha del Padre.

lunes, 15 de febrero de 2016

Siete políticos condenados por corrupción

Vamos a hacer una lista de siete cargos políticos que han sido condenados por corrupción. Subrayo, condenados por corrupción. No imputados, investigados o acusados. Y únicamente por aprovecharse del cargo público en beneficio propio, que es lo que podemos llamar corrupción.

Buscaremos los más altos cargos políticos condenados en los últimos diez años por delitos de corrupción. Hay muchos más por debajo también condenados, y alguno por encima que se me escapará o será condenado próximamente.

1. Jaume Matas i Palou. Fue presidente de Baleares y del PP de la misma Comunidad Autónoma, además de Ministro de Medio Ambiente con Aznar como presidente. A pesar de la veintena de juicios que tiene pendientes, la única condena de cárcel que ha recibido y cumplido hasta ahora es por un delito de tráfico de influencias, al efectuar pagos ilegales al periodista de El Mundo que le escribía los discursos. Eran 6 años, que el Tribunal Supremo rebajó a nueve meses.

2. María Antonia Munar i Riutort. La que fuera lideresa de Unión Mallorquina, un partido liberal nacionalista, que ha pactado con el Partido Popular y también con el Partido Socialista según viniera el viento, fue presidenta del Parlamento Balear y también del Consejo Insular de Mallorca. Ha sido condenada dos veces. La primera a cinco años y medio de cárcel en el caso "Maquillaje" de subvenciones a empresas audiovisuales, por los delitos de malversación continuada, prevaricación (dictar una resolución a sabiendas de que no es justa), fraude a la administración y falsedad en documento oficial. La segunda condena fue seis años de prisión en el caso "Can Domenge", de venta de terrenos, por los delitos de prevaricación, fraude y revelación de información confidencial. Tiene más causas pendientes.

3. Rafael Blanco Castany, ocupó siete veces consellerías de la Comunidad Valenciana, fue diputado y portavoz del PP en las Cortes Valencianas. Se le condenó a ocho años de cárcel en 2014 (rebajados a 6 y medio por el Tribunal Supremo), por tráfico de influencias, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos, dentro del caso Cooperación. La Consellería de Cooperación que el dirigía adjudicó a la Fundación Cultural y de Estudios Sociales (Cyes) 1,6 millones de euros para proyectos en Nicaragua, de los que sólo llegaron a su destino 47.953 euros. El resto fue gastado en adquirir y reformar inmuebles en Valencia. Todavía quedan por juzgarse más piezas del mismo caso.

4. Carlos Fabra Carreras. El dirigente del PP que ocupó durante más de tres lustros el cargo de Presidente de la Diputación de Castellón, fue condenado en 2013 a cuatro años de prisión por otros tantos delitos de fraude a Hacienda, al no encontrarse explicación lógica al ingreso de dos millones de euros en sus cuentas bancarias, que no se correspondía con lo declarado al fisco por el abuelo con aeropuerto.

5. Pilar Sánchez Muñoz. La alcaldesa de Jerez por el PSOE entre 2005 y 2011 fue condenada en 2015 a 4 años y medio de cárcel por los delitos de prevaricación, malversación y falsedad en documento. Se empeñó en tratar con cariño para concederle una subvención a una empresa llamada TISA, a la que no le correspondía, para lo que presionó a los funcionarios municipales y creó un informe falso.

6. Julián Felipe Muñoz Palomo fue alcalde de Marbella por el Grupo Independiente Liberal (GIL) entre mayo de 2002, cuando sucedió al fundador del partido, Jesús Gil y Gil, y agosto de 2003. Sí, únicamente quince meses en el cargo. Sin embargo ha sido condenado varias veces. En 2013 recibió dos condenas de 7 años y medio y de dos años por prevaricación, dentro del caso Malaya, de corrupción urbanística, en el que fue condenada también la alcaldesa que le sucedió (Marisol Yagüe) y otros altos cargos del ayuntamiento marbellí. Tiene pendientes unos ochenta juicios y posibles condenas.

7. Elia María Blanco Barbero. La exalcaldesa socialista de Plasencia fue condenada en diciembre de 2014 a dos años y seis meses de prisión, rebajados por la Audiencia Provincial a dos años y un día. Su delito fue fraude y prevaricación, y consistió en la adjudicación a un constructor local de diversas obras, sin seguir las normas establecidas en la Ley de Contratos Públicos.

martes, 9 de febrero de 2016

Siete lugares de Castellón

De mi visita a Castellón (con alojamiento en Benicasim) de los días 30 y 31 de enero de 2016, dejo los lugares que más me han llamado la atención:
1. Mercat Central. El mercado central de Castellón, instalado en un edificio construido a mediados del siglo XX, es un lugar de reunión para los castellonenses. Además del colorido y el bullicio de los puestos, la visita una soleada mañana de sábado invernal nos permitió ver los bares que lo rodean y cuyas terrazas estaban llenas.
2. Plaza mayor. El mercado central da a la plaza mayor, que tiene una fuente en el centro, y en la que se encuentran el Ayuntamiento, un edificio precioso, de finales del XVII, y la Concatedral gótica de Santa María, cuyo campanario es muy curioso, porque está separado de ella. Este campanario, llamado Torre del Fadrí, es el símbolo de la ciudad.
3. Museo etnológico. Este museo muestra diversos aperos, indumentaria y herramientas utilizados en los oficios tradicionales de la provincia de Castellón, tanto agrarios como urbanos. Se recrean también diversas estancias de las casas típicas castellonenses, como la cocina o el dormitorio.
4. Grau. A cuatro kilómetros del centro de la ciudad, se encuentra el distrito marítimo del Grau, o Grao en castellano. La zona junto al mar tiene un estupendo paseo en el que abundan los chiringuitos y restaurantes. También está el casino y el puerto deportivo y varios hoteles, hasta llegar a una enorme playa.
5. Chiringuito Copas. En el puerto nos sentamos a tomar algo en el chiringuito llamado Copas, porque había un chaval muy amable que te ofrecía lo que tenían, te recomendaba la paella y te decía que te pondrían una tapa gratis (luego no nos la pusieron). Pedimos mejillones al vapor, que no estaban mal. El lugar es estupendo, al lado del mar. Si hace sol te puedes quedar ahí toda la tarde.
6. Puerto Azahar. Este centro de ocio, situado también en el Grao y junto al mar, alberga algunos comercios y restaurantes, de los que elegimos El Chiringuito de Damián, donde el pulpo a la brasa estaba bueno, pero la paella no es ni de lejos la mejor que he comido. Por lo menos no es muy caro (22 € por persona). En el mismo edificio hay además unos multicines muy cómodos, en los que vimos "Embarazados", una comedia española de colorines.
7. El hospedaje lo resolvimos acudiendo al Hotel Bulevard de Benicasim. Se trata de un hotel situado en el centro del pueblo, que tiene las habitaciones reformadas y limpias. Pero la impresión al ver la recepción es penosa. Montones de cajas se acumulan detrás de la persona que te atiende, dando un aspecto de provisionalidad muy raro. La cafetería no es tampoco la del Ritz. Pero si vas únicamente a dormir es perfecto.