martes, 23 de abril de 2019

Siete anuncios machistas

Que el machismo está presente en la publicidad no es una novedad. En otra entrada de mi blog mostré un anuncio claramente machista. Ahora me voy a referir a otras publicidades que son machistas, no sólo porque lo diga yo, sino porque lo ha dictado así un juez o una autoridad.
1. Juguetera Feber (1992). En este año llegó por primera vez a un juzgado una denuncia por publicidad sexista, consiguiendo una condena por la campaña de 1989 en cuyos anuncios aparecían dos bloques de juguetes, uno dedicado a niñas, en el que se ofrecían muñecas y productos para la casa y la cocina, y otro a niños, con una oferta relativa al mundo de las profesiones. El juez se basaba en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución Española para recordar la igualdad entre sexos, resaltando que la campaña era ilícita a pesar del vacío legal que en aquél momento existía en España. Por eso la condena únicamente suponía la publicación de la sentencia en algún medio de difusión nacional.
2. Polo de Deauville (2010). El Jurado de la Publicidad, que pertenece a la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol), ha emitido numerosos dictámenes sobre publicidad machista. Uno de ellos es el referido a la campaña de esta marca de moda masculina en la que aparece una mujer ataviada únicamente con unas botas de equitación mientras se tapa con una copa. El jurado considera que en la fotografía existe un tratamiento vejatorio o discriminatorio de la imagen de la mujer, utilizada como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar. Un tratamiento que incumple el artículo 3 de la Ley General de Publicidad.
3. Ryanair (2013). Una campaña de publicidad titulada "Tarifas al rojo vivo ¡Y la tripulación!" mostraba anuncios con supuestas azafatas en bikini. Además, elaboraron un calendario solidario en el que aparecía una chica por mes. Fue tipificada como desleal e ilícita por la Audiencia Provincial de Málaga, por tratarse de una publicidad sexista que utiliza a la mujer como objeto de reclamo con una clara connotación sexual, discriminatoria y vejatoria. Ryanair fue condenada a cesar ambas promociones y a abstenerse de repetirlas en el futuro. Sin embargo, la compañía se defendió aduciendo que con el calendario habían recaudado fondos para fundaciones infantiles.
4. Cementos La Unión (2016). Esta compañía había recibido numerosas reclamaciones por publicidad sexista desde 2005. En 2016, la Audiencia Provincial de Valencia obligó a la cementera a retirar de sus sacos las figuras femeninas que aparecían con poca ropa y sin relación aparente con el producto que anunciaban. El Ministerio Fiscal esgrimía en sus alegaciones la importancia de actuar contra este tipo de conductas, que anclan sus raíces en el machismo, como medio para luchar contra la violencia de género.
5.Productos capilares VR6, Definitive Hair (2017). Un juez de Barcelona prohibió que se reiterara el uso de un anuncio de productos capilares en el que aparece una mujer desnuda, porque la utiliza como mero objeto, instrumentalizándola como único elemento que sirve para captar la atención. La sentencia sostiene que existe una desconexión total y absoluta entre la imagen desnuda de la mujer que se representa y el producto promocionado. La entidad demandada alegó que contaba con otra versión con protagonista masculino, pero el juez no lo considero un obstáculo para calificar el anuncio como publicidad ilícita.
6. Seat (2016). Un juez obligó a retirar un anuncio del Seat León. Aparecían varios coches en un circuito y después una muchacha a la que se levantaba la falda con el viento, mostrándonos sus nalgas, lo que nada tenía que ver con el producto anunciado. Como está retirado no he podido encontrarlo, así que os muestro aquí otro anuncio de Seat en el que enredaron a Hugo Silva, dando la impresión de que el actor mira las piernas de unas quinceañeras. No queda bien.
7. Syndicate Barbers (2007). Esta barbería de Palma de Mallorca ofrecía a sus clientes, según palabras de su dueño, un espacio de tranquilidad vintage sin mujeres o niños que pudieran cambiar el ambiente o condicionar a los clientes. Por eso mostraba un cartel en el que se prohibía la entrada a mujeres, pero no a perros. El Juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma consideró la publicidad ilícita y obligó al barbero a retirarla.

lunes, 8 de abril de 2019

Entrega en Cali

No me gusta viajar de noche, porque mi transporte no es el más moderno del mundo, pero no tuvieron preparada la mercancía hasta las siete de la tarde. Esta vez tenía que viajar a Cali, pasando antes por Medellín.

La primera etapa del viaje es fácil. Se trata de una zona que conozco como la palma de mi mano, así que casi nada me sorprende, aunque alguna vez he tenido contratiempos allí. Sin embargo, esta vez todo fluyó como la seda y llegué a Medellín a tiempo de recoger el segundo bulto que debía transportar hasta mi destino final.

Ahora empezaba lo bueno. De Medellín a Cali hay que atravesar una zona llena de peligros que pueden dar al traste con cualquier misión, por muy preparado que estés. Nunca puedes saber lo que te espera en unos lugares tan mal desarrollados.

Me protegí utilizando todas las defensas corporales que puedo permitirme y salí a toda velocidad hacia mi destino. La noche era tropical, pero empapada de lluvia. Siempre veo sombras que acechan en la oscuridad, pero esta vez, quizá por el valor de lo que portaba, mi paranoia se intensificó.

El susto llegó a la vuelta de una curva. Un coche negro se abalanzó sobre mí. Claramente intentaba echarme de la calzada. Yo sabía lo que quería, pero no podía permitirlo. Soy un gran conductor y estoy muy entrenado. No voy a recrearme ahora en cómo me libré de mi perseguidor, pero en pocos segundos el miedo cambió de bando.

Así que llegué a la calle Cali sin mayor contratiempo. Es cierto que Hortaleza es uno de los peores barrios de Madrid para la entrega, por sus calles estrechas y su mala iluminación, pero mi trayecto desde la calle Cartagena, pasando por la calle Medellín, terminó bien. No siempre es así. Numerosos peligros acechan al repartidor en la gran ciudad.