lunes, 28 de diciembre de 2015

Siete compromisos mundiales sobre el cambio climático

Una cumbre es una reunión de jefes de estado o de gobierno. Sobre el clima y la Tierra ha habido muchas, variadas y con compromisos dispares. Veamos los de algunas, para saber de qué hablamos cuando hablamos de cambio climático:

1. En 1992, se celebró en Río de Janeiro la segunda Cumbre de la Tierra, tras la que tuvo lugar en Estocolmo en 1972. Lo más importante fue la famosa declaración de Río, que "aclara" el concepto de desarrollo sostenible, cuyo principio 1º es el siguiente: "Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza". El desarrollo sostenible es aquél compatible con los recursos de una sociedad o región. Pero, ¿qué recursos? ¿los naturales? ¿los humanos? ¿los económicos? Ahí comienza la polémica. En Río se aprobó la Agenda 21, un plan integral de medidas mundiales, nacionales y locales para proteger la Tierra, en el que, ya metidos en el siglo XXI, se ha avanzado poco. También en Río se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Pero, en aquel momento, no se lo tomaron muy en serio.

2. Dentro de la CMNUCC se firmó en 1997 el protocolo de Kioto, para reducir la emisión de seis gases de efecto invernadero. Este protocolo no entraría en vigor hasta que lo ratificaran al menos los países responsables de un 55% de la emisión de tales gases. Entró en vigor en 2005 con la adhesión de Rusia. Pero Estados Unidos, el mayor emisor del mundo no lo ratificó. Curiosamente, este protocolo recomienda la energía nuclear para sustituir a los combustibles que producen los gases que dan lugar al cambio climático. La mayoría de los países, incluida España, lo han cumplido de aquella manera.

3. La Tercera Cumbre de la Tierra tuvo lugar en Johannesburgo en 2002. De los objetivos que se planteó, los más importantes, según mi punto de vista, eran reducir a la mitad para 2015 la población carente de saneamiento de agua y elevar un 15% en 2010 el uso de energías renovables. No eran unos objetivos muy ambiciosos, pero el primero de ellos no se va a alcanzar (se prevé un 67% de personas con saneamiento para 2015, cuando el objetivo era el 75%). El segundo sí se ha alcanzado porque las renovables han dado un salto espectacular en los últimos años, y actualmente producen el 14% de la energía mundial.

4. En 2007 se celebró en Bali la XIII Conferencia sobre el Cambio Climático organizada por la ONU, dentro de la CMNUCC. Este fue un año muy importante para la concienciación en el mundo, porque se publicó el cuarto informe de la ONU sobre el tema, que alertaba sobre los peligros que acechan a la humanidad. Ya en 2006 el documental "Una verdad incómoda", protagonizado por Al Gore, había removido conciencias. Sin embargo, aún quedaban muchos negacionistas del cambio climático, del estilo de Rajoy y su primo. En la Conferencia se diseña una hoja de ruta para sustituir al protocolo de Kioto, que expiraba en 2012. Los países desarrollados dicen que van a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y los países en desarrollo que las reducirán en el futuro. La idea es disminuir las emisiones globales un 50% en 2050, pero no se firma ningún compromiso, solo deseos e intenciones.

5. La XV Conferencia sobre el Cambio Climático, llamada Conferencia de las Partes (COP15), tuvo lugar en Copenhague en 2009. Fracaso total, tras las expectativas de culminar la hoja de ruta. El acuerdo no se logró con el consenso de todos los países y además no era vinculante. Únicamente mantiene que la temperatura no debe subir más de dos grados y que las emisiones se deben rebajar lo antes posible. Indignó a los países africanos y desilusionó a las organizaciones ecologistas. Esta es la conferencia en la que los activistas de Greenpeace, entre los que se encontraba el español Juantxo López de Uralde, se colaron en la cena de gala y fueron detenidos.

6. En Durban, Sudáfrica, se celebró la COP17 en 2011. El protocolo de Kioto se acababa y se prorrogó, de momento hasta 2017 o 2020. Pero seguían quedando fuera Estados Unidos, China e India y, además, se salieron de él Japón, Canadá y Rusia, así que los países que se mantenían dentro sólo eran responables del 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La Unión Europea presionó para crear una nueva hoja de ruta (otra más), para la adopción de un acuerdo vinculante de reducción de emisiones aplicable a todos los países, que debía aprobarse en 2015 y entrar en vigor en 2020. En resumen, seguían haciendo las mismas cosas con los mismos instrumentos, pretendiendo conseguir resultados distintos.

7. Y llegamos a París en 2015. El 12 de diciembre se suceden los abrazos, los aplausos y las lágrimas de alegría porque se ha alcanzado un acuerdo entre 196 países. Lo más importante es que todos ellos reconocen ya al cambio climático como una amenaza para la humanidad, plasmándolo en el acuerdo de París. Pero este no entrará en vigor hasta que sea ratificado por 55 países que representen el 55% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, los objetivos de reducción de emisiones son voluntarios y no va a haber sanciones para los estados que no los cumplan. Es decir, compromisos, compromisos, sigue sin haber ninguno.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Los espejos

Los primeros días fue casi imperceptible. Pero al cabo de un par de semanas ya todo el mundo se había dado cuenta de que los espejos atrasaban. De curioso pasó a raro y luego a molesto.

Por ejemplo, te estabas pintando los ojos o afeitando y tenías que esperar unos segundos para poder ver el resultado. Pero cada día iba a más. Los expertos calcularon que los espejos atrasaban aproximadamente una décima de segundo al día.

Hubo explicaciones de todo tipo; la rotación del planeta, los campos magnéticos, la vuelta del Mesías, la llegada del fin del mundo, una civilización alienígena, Alicia en el País de las Maravillas, pero ninguna convenció a la mayoría.

Claro que, si me preguntan, yo diría que fue cosa de los fabricantes de electrodomésticos, porque al poco tiempo comenzaron a aparecer los espejos electrónicos, que en realidad no son espejos, sino una cámara con un reproductor de video que gira la imagen. Hemos tenido que acostumbrarnos a ellos, aunque no consiguen del todo la sensación que se tiene ante un espejo de verdad.

Las soluciones naturales, con agua u otras superficies, no han funcionado, porque cualquier espejo que se ha fabricado con ellas se sincroniza inmediatamente con el resto de los espejos del mundo.

Por lo que respecta a los espejos de verdad, ha habido que desechar su uso. Si tienes uno en casa te da unos sustos de muerte. Estás tan tranquilo y al cabo de un ratito pasa tu imagen por la superficie del espejo. Aunque a los niños pequeños les hace mucha gracia, al resto de personas nos acojona un poco. Yo los he tapado, al principio con sábanas, ahora con láminas.

Sin embargo, es una delicia ver los edificios con grandes superficies espejadas. El reflejo tardío de las nubes en ellos es precioso, como un documental de naturaleza, y la gente se para a verlo. Las fotografías que se pueden conseguir son espléndidas.

Precisamente el campo del arte es el único que ha sabido sacar provecho de la anomalía. Yo mismo he presenciado espectáculos maravillosos preparados durante meses por verdaderos genios, ya fueran actores, magos o bailarines, pero que solamente se podían representar un día concreto, pues al siguiente el tiempo de los espejos había cambiado.

Lo malo es que, ahora que me he acostumbrado a los espejos retrasados, empiezo a notar que los cristales se abollan cuando los toco.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Siete normas religiosas

Por si pensáis afiliaros a alguna religión, aquí os dejo ciertas normas que tendréis que seguir, dependiendo de la que escojáis. Intentaré fijarme únicamente en lo que la religión oficial dice, sin hacer caso de las leyes que algunos países, escudándose en la religión, imponen a sus ciudadanos para tenerlos controlados:

1. El diezmo. Si te conviertes a la Iglesia Pentecostal, a la Iglesia Adventista, a la Metodista o a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) deberás aportar la décima parte de tus ganancias a la Iglesia.
El Antiguo Testamento (Malaquías 3:10) lo impone claramente: "Traed todos los diezmos al alfolí (granero) y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde". En el Nuevo Testamento no se especifica claramente que haya que pagar un diezmo a la Iglesia, pero se pueden hacer muchas interpretaciones de la Biblia. Alguna otra Iglesia pide también el diezmo y muchas una donación voluntaria; sobre todo, las que reciben fondos del estado.

2. Cuida tu cabello. Pensaréis, ¿qué tiene que ver el pelo con la religión? Según algunas religiones, mucho. En la Biblia se dan unas instrucciones bastante precisas sobre cómo llevar el pelo. En 1 Corintios 11:14-15: "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello." Lo curioso es que a mí siempre me ha parecido que Jesucristo llevaba el pelo largo. Las mujeres de algunas comunidades cristianas cubren su cabello, como los menonitas (amish). El Corán dice a las creyentes que bajen la mirada y guarden su castidad, sin mostrar sus atractivos. Esto se ha interpretado en muchos casos como que una vez alcanza la mujer la edad de la menstruación, ninguna parte de su cuerpo debe ser vista, a excepción de la cara y las manos. También la religión judía considera una virtud de modestia vestir velo.

3. Cuida tu vestimenta. En la Biblia, Deuteronomio 22:5, se dice: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace". La discusión sobre qué es ropa de hombre y ropa de mujer puede ser infinita, porque varía mucho según las culturas. Esta discusión se ha instalado en algunas iglesias, como la adventista, por ejemplo, sobre si la mujer debe llevar pantalones. El judaísmo ortodoxo no permite a la mujer llevar pantalones, porque el espacio entre las piernas de una mujer es zona sagrada. Igualmente, las mujeres pentecostalistas y las menonitas optan por la falda.

4. El día de descanso. Los adventistas no pueden trabajar desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado. Ello les puede causar problemas en el trabajo, pues entran en conflicto el derecho a la libertad religiosa con el derecho del empresario a organizar su empresa. Igualmente, los judíos, que fueron los que inventaron el día de descanso semanal, copiado después por cristianos y musulmanes, deben observar, si quieren cumplir con las normas de Moisés, el sabbat, desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas la noche del sábado.

5. La tela de tus vestidos debe ser de un solo tipo de hilo, sin mezcla. ¿Cómo os quedáis? Pues eso lo dice la Biblia en Levítico 19:19: "Mis estatutos guardarás. No ayuntarás tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos". La Torá reproduce esa misma ley en Deuteronomio 22:12, aunque únicamente referida a lana y lino: "No vestirás tela tejida con mezcla de lana y de lino juntos". Los judíos ortodoxos cumplen estrictamente esta norma. Por ejemplo, para recibir el premio nobel de economía en 2005, a Robert Aumann le proporcionaban un traje de gala. Él pidió que lo examinaran al microscopio en Israel para ver si tenía "shatnez" (mezcla). Sí la tenía. Parece ser que un equipo de sastres tuvo que quitarle los hilos de lino. Y voy yo y me lo creo.

6. Cuida tu alimentación. El hinduismo prohíbe el consumo de carne de vaca. Tampoco se puede maltratar a estos animales, que se consideran sagrados, y a los que hay que alimentar. En realidad, como casi siempre, la religión es práctica. En un país como la India las vacas producen leche, estiércol y bueyes (para trabajar el campo), que son más necesarios que la carne.
La Torá permite a los judíos el consumo de animales terrestres que tengan pezuñas y rumien, lo que excluye cerdos, pero también conejos, ardillas, liebres, perros, caballos, camellos, etc. Tampoco un judío puede comer carne y lácteos al mismo tiempo, lo que obliga a muchas incomodidades en las cocinas judías, para cuidar de que ambos tipos de alimentos no se mezclen. Los judíos sólo pueden comer animales marinos con aletas y escamas, lo que excluye el marisco, el pulpo o el pez espada. También hay aves prohibidas para su consumo, como el faisán.
El Corán prohíbe a los musulmanes específicamente comer cerdo y beber alcohol. El resto de animales prohibidos están en la Sharia, la ley islámica. Suelen ser animales que normalmente no se comen en nuestra sociedad, como insectos, reptiles o grandes depredadores. También los musulmanes practican el Ramadán, que es un ayuno, durante un mes, desde el alba a la puesta del sol.

7. Si eres mujer debes tomar más precauciones y seguir más normas que si eres hombre. Las cartas de San Pablo son claras sobre el papel de la mujer: "La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio" (1 Timoteo 2:11-12). "Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor" (Efesios 5:22). "Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación" (1 Corintios 14:35)
En el Corán (Sura 4:34), también se dan instrucciones de obediencia a las mujeres: "Los hombres están a cargo de las mujeres debido a la preferencia que Allah ha tenido con ellos, y deben mantenerlas con sus bienes. Las mujeres piadosas obedecen a Allah y a sus maridos..."