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miércoles, 26 de abril de 2017

Otras siete canciones inspiradas en obras de música clásica

Vamos a buscar otros siete temas de la música popular moderna que han sido influidos por obras clásicas. Abrid bien los oídos y sorprendeos como lo he hecho yo.

1. El crooner italoamericano Perry Como grabó en 1956 la canción Hot Diggity, que llegó al número uno a pesar de que, escuchada ahora, es un poquito naif y absurda. Está basada en la rapsodia España, del autor francés Chabrier. Cuando un extranjero compone algo a la española suele quedar bastante alambicado y se le ve el cartón. Sin embargo, esta maravillosa jota, que habréis oído mil veces, suena realmente española y produce alegría y buen humor en quien la escucha.

2. A whiter shade of pale, publicada en 1967 por Procol Harum, es uno de los himnos del pop que perduran cincuenta años después. En su momento hizo sombra al Sgt. Peppers, pues coincidieron en la fecha de lanzamiento. Está inspirada claramente en la música de Johann Sebastian Bach. El ritmo y la armonía recuerdan sin duda al Aria para la cuerda de sol, una de las melodías más conocidas del músico alemán que, en realidad es un arreglo realizado en el siglo XIX de la Suite orquestal en re mayor nº 3.

3. El segundo álbum de Mocedades, publicado en 1970, se tituló Más allá, y estaba dedicado a la música tradicional con la que el grupo vasco comenzó su carrera. La canción que daba título al disco se basaba en la melodía del Segundo movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Dvorak, una composición con múltiples temas cantables que han inspirado a numerosos autores de música ligera.

4. All by myself es una empalagosa aunque muy exitosa balada compuesta e interpretada por Eric Carmen en 1975. Ha sido objeto de numerosas versiones, siendo la más famosa la de Céline Dion. La versión de la cantante country Jamie O'Neal fue usada para el descacharrante playback con el que comienza "El diario de Bridget Jones". La música de las estrofas se basa en el segundo movimiento del concierto número 2 para piano y orquesta de Rajmáninov, la obra que supuso el reconocimiento del tardorromántico autor ruso como compositor de conciertos.

5. En 1976, la Electric Light Orchestra lanzó su disco A New World Record, que contenía la canción Rockaria!, palabreja que combina rock y aria, pues junta en una canción un rock and roll tradicional con una cantante lírica entonando algo muy parecido a Un bel di vedremo, la famosísima aria de Madama Butterfly, de Puccini, una de las óperas que más me gustan porque, aparte de su tremendo valor musical, contiene una historia de amor universal que interesa a casi todo el mundo.

6. It's a hard life es una canción de 1984, del grupo Queen, quienes mostraron durante toda su carrera el gusto por la ópera. El tema se inicia con unas notas del aria Vesti la Giubba, de la ópera Pagliacci, de Leoncavallo, una de las más conocidas del verismo italiano, y que no puede faltar en el repertorio de cualquier tenor lírico. Cuando algo sale en Los Simpsons es que ya es patrimonio de la humanidad.

7. Para finalizar, algo distinto, como la canción Hay amores, compuesta en 2007 por Shakira para la película "El amor en los tiempos del cólera", la fallida adaptación que Mike Newell hizo de la novela de García Márquez. La cantante colombiana puso letra a la melodía del Capricho árabe, obra del guitarrista y compositor Francisco Tárrega, uno de los músicos españoles que en el siglo XIX combinó nacionalismo y romanticismo.

jueves, 3 de julio de 2014

Los siete mejores conciertos de la historia

Hay algunos conciertos que quedan en la memoria colectiva como inolvidables. A veces, la comunión que se establece entre los músicos y el público es parecida al fervor que aparece en determinados actos religiosos, donde la unión de muchas personas da lugar a algo más, que muchas veces se ha interpretado como el Dios que se presentaba ante su pueblo.

Por eso las religiones instan a sus fieles a que se concentren determinados días en un recinto. De los rezos y los cánticos comunes surge ese algo más, ese espíritu colectivo que proviene de la unión de muchos espíritus individuales y que, si estás atento, puedes sentir.

Pero ese espíritu colectivo puede aparecer perfectamente en otras reuniones, y muy especialmente cuando se produce una manifestación artística. Muchos de los asistentes a ciertos conciertos míticos los recuerdan durante años, y aluden, al explicar esos recuerdos, al algo más, a la conciencia colectiva que los atravesó y les dejó una marca indeleble. Aquí presento siete conciertos en los que se produjo semejante prodigio:

1. Woodstock. El festival de música rock por antonomasia. Celebrado entre el 15 y el 18 de agosto de 1969. Para muchos no más que una reunión de hippies. No para los 400.000 asistentes que vieron a Hendrix tocar el himno americano con su guitarra. Pero aparte del genio de Seattle, la nómina de intérpretes es impresionante: Ravie Shankar, Joan Baez, Santana, Canned Heat, Grateful Dead, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, Sly & the Family Stone, The Who, Jefferson Airplane, Joe Cocker, Ten Years After, The Band, Johnny Winter, Blood, Sweat & Tears, Crosby, Stills, Nash and Young y muchos más. Insuperable. Nunca se ha podido repetir nada parecido.

2. Los Who en la Universidad de Leeds (1970). El 14 de febrero de 1970 tuvo lugar este concierto, que sirvió para grabar el primer album en directo de la banda, considerado uno de los mejores en vivo de la historia. Una banda perfectamente engrasada, dominando como nadie los tiempos, atacaba enérgicamente versiones extendidas de sus mejores canciones y de clásicos del rock que sorprendieron al público asistente. Nada que ver con las versiones grabadas en estudio. Heavys y punkys se han mirado en la banda londinense a la hora de ponerse frente al público.

3. Live Aid (1985). Este evento consistió en dos conciertos simultáneos, celebrados el 13 de julio en Wembley y en el estadio JFK de Filadelfia, destinados a recaudar fondos para Etiopía y Somalia, países afectados por una tremenda hambruna. Impulsados por Bob Geldof, atrajeron desde Bob Dylan a Tina Turner, pasando por David Bowie, Elton John, Paul McCartney, Plant y Page, Jagger, Ozzy o Neil Young. Pero el momento culminante fue la aparición de Queen. Estos 25 minutos han sido considerados por votación popular la mejor actuación en directo de la historia.

4. Metallica en Seattle (1989). Uno de los grupos míticos del Trash Metal alcanzó su apogeo en estas fechas. A partir de aquí, y en los noventa, según muchos de sus fans, se vendieron; frase hecha típica de los heavys, que se usa para denostar a los grupos que buscan sonidos más adultos. La leyenda dice que es el mejor concierto de la historia de Metallica porque el volumen de las guitarras es el más alto de todos los conciertos. No quiero que parezca que no me gustan. Aprecio el rock duro, y en concierto te golpea más de lo que lo hace cualquier otro tipo de música.

5. AC/DC en Donington Park (1991). El 17 de agosto de 1991, la banda australiana realizó otro de esos show míticos en la historia de la música rock, que sirvió también para grabar un disco. Dentro del festival Monsters of Rock y ante más de 70.000 personas, 2 horas de concierto con cañonazos, muñecos hinchables y la parafernalia megalómana que tanto gusta a los fans del rock duro. Y ya sabes, AC/DC nunca defrauda porque ofrece siempre la misma mierda. Eso sí, una mierda de primera.

6. Nirvana en Reading, 1992. Que no se diga que sólo aparece rock duro clásico. Aquí están los reyes del Grunge. En los conciertos, Kurt Cobain derrochaba agresividad, pero también humor. En este, celebrado el 30 de agosto, los americanos ofrecieron el set list más largo de su historia, con 29 canciones. Y aunque creo que, gracias a la muerte de su líder, se trata de un grupo sobrevalorado, en esta ocasión lo consiguieron.

7. The Rolling Stones en Río de Janeiro (2006). Concierto gratuito financiado por el Ayuntamiento, en la playa de Copacabana. Entre 1,3 y 2,5 millones de espectadores vieron a sus majestades desde la arena, desde los edificios colindantes y desde embarcaciones. Dos horas de los más grandes dándolo todo como siempre. Llevamos treinta años pensando que el siguiente concierto será el último. Pero su pacto con el diablo perdura.