Mostrando entradas con la etiqueta corrupción. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta corrupción. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de junio de 2018

Siete partidos políticos corruptos

Desde hace muchos años los políticos han sido tentados por el dinero. Son personas que suelen acaparar bastante poder y por eso a veces abusan de él para su beneficio privado. Cuando los políticos de un partido se unen para, a través de la corrupción, beneficiarlo, este partido puede ser calificado de corrupto. Si un partido político accede al poder a través de métodos corruptos, sus integrantes son corruptos.

Vamos a ver algunos partidos que, a lo largo de la historia, han sido considerados o declarados corruptos por la justicia:

1. Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. En general, todo poder dictatorial se ve acompañado de fenómenos de corrupción más o menos extendidos. En el caso del partido Nazi, Hitler institucionalizó la corrupción de las élites para conseguir ligarlas al régimen. Así, mediante dádivas a los miembros de las viejas élites alemanas, que llegaban incluso a la donación de fincas, consiguió atraerlos a su causa.

2. Partido Nacional Fascista. Fundado en Italia por Benito Mussolini, tenía sus raíces en el nacionalismo italiano. Llegó al poder, como Hitler, en nombre de la lucha contra la corrupción, pues los prestamistas, especuladores y homosexuales corroían el corazón y las arterias del pueblo. Pero no hay mayor corrupción en la política que una tiranía. Además, algunas investigaciones serias apuntan a que el Vaticano recibió un total de 800 millones de dólares por parte del Partido Fascista a cambio que reconociera al gobierno de Mussolini.

3. Partido Revolucionario Institucional (México). El PRI mantuvo una hegemonía aplastante en México desde 1929 hasta 1989. Esta casi perpetuación en el poder derivó en que muchos de sus integrantes se sintieran impunes ante las tropelías que cometieron. Es un partido que ha sido famoso por pactar con los narcotraficantes, por robar, por compra de votos y por el amaño de elecciones. Al gobierno del PRI se le acusa de la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968. En los 70, 80 y 90 ha sido acusado de robar a manos llenas, incluso de asesinar a sus propios dirigentes cuando se oponían a aquellos que tenían el mando del partido. Actualmente más de 30 dirigentes de este partido se encuentran investigados por corrupción y, para muchos, sigue siendo prototipo del fraude y el nepotismo.

4. Partido Popular Indio. El Bharatiya Janata Party (BJP), es un partido conservador que se presenta como representante de la mayoría hinduista de la India. Es el típico partido que con una mano presenta al pueblo inculto unos ideales de patria y de odio al que no es como nosotros, mientras con la otra mano te saca dinero del bolsillo. Diversos dirigentes nacionales y regionales del BJP han sido juzgados y condenados por corrupción. Es mundialmente famoso el escándalo de las concesiones ilegales de carbón.

5. Movimiento de Resistencia Nacional de Uganda (NRM). Tras ganar la guerra civil, gobiernan en el país desde 1986, primero autoritariamente y, desde 2006, en una supuesta democracia. Es un partido de derechas, pero ha sido acusado de fundamentalismo católico y de autoritarismo. Uganda es uno de los países del mundo en los que es más alto el índice de percepción de la corrupción. Por ejemplo, en 2012, algunos empleados de la oficina del primer ministro transfirieron a sus cuentas bancarias el dinero de los países que donaron fondos para la recuperación de Uganda tras la guerra en el norte. Pero en todo el país la corrupción es sistémica. Si vas al hospital y no le das dos euros a la enfermera, te dejará morir sin inmutarse.

6. Liga Musulmana de Pakistán. El LMP(N) es un partido de centroderecha, cuyo líder, Nawaz Sharif, exprimer ministro del país, fue inhabilitado de por vida por el Tribunal Supremo, al hacer trampas en sus declaraciones de renta y lucrarse gracias a su posición política, lo que se supo por la investigación llamada "Papeles de Panamá". Sin embargo, y en un claro caso de nepotismo, su hermano Shabaz Sharif se hizo cargo del partido. No obstante, siguen en el poder, en un claro caso de esos en los que el pueblo pide a sus gobernantes: "Róbame más, por favor".

7. Partido Popular (PP) de España. Fundado en 1989 por Manuel Fraga, que fuera ministro en el régimen dictatorial franquista, es un partido liberal conservador inspirado en el humanismo cristiano. En mayo de 2018 varios de sus dirigentes fueron condenados a penas de cárcel e incluso el mismo partido fue condenado a pagar una multa por lucrarse de la trama denominada Gürtel, porque creó un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, autonómica y local, usando para ello la estrecha y continua relación del cabecilla de la trama con influyentes militantes del PP que podían influir en los procedimientos de toma de decisión en la contratación pública.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Siete nociones clave sobre el populismo

El populismo se define en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en su segunda acepción, como una tendencia política que pretende atraerse a las clases populares. También señala que esta acepción es más usada en sentido despectivo.

El término populista se lanza a la cara de muchos políticos para identificarlos con aquellos que hacen promesas fáciles de entender y que seducen a la gente menos culta. Pero los acusan también de que esas promesas no van a ser cumplidas, o porque el prometedor no querrá o porque no podrá hacerlo cuando llegue al poder. Se opone así el político populista al político serio que únicamente promete lo que tiene intención de cumplir.

Como el populismo está de moda, desde que Trump ganó las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, vamos a intentar ayudar a las discusiones con los cuñados, con siete claves fáciles de entender, pero lo más rigurosas posible.

1. El populismo no es malo per se. Es simplemente una forma de dirigirse al pueblo en la que se le dice que las élites (casta o establishment) que nos gobiernan son corruptas y egoístas. Es cierto que nos gobiernan las élites. No hay más que indagar un poquito en el árbol genealógico de los que mandan en la política y en la economía de la mayoría de los países. Y también es cierto que las élites, casi por definición, son corruptas y egoístas e ignoran al pueblo. Hay quien dice que si sustituimos esas élites por gente salida del pueblo se convertirán en élites y se volverán corruptas y egoístas. Pero me gustaría verlo, porque en España hace mucho que no pasa.

2. Populismo y élites económicas. Las corporaciones y las élites económicas tienden a ser las más afectadas por las políticas que los populistas pretenden implementar. Por eso están en contra de estos líderes que dicen defender al pueblo. Un pobre va a seguir siendo pobre gobierne quien gobierne. Pero los ricos, que lo son porque dan más importancia al dinero que los pobres, lucharán hasta el último céntimo por las fortunas que les quieren "nacionalizar". Las élites económicas mundiales reman siempre en la misma dirección, la de la globalización del mercado de capitales. Muchos políticos populistas hablan en contra de la globalización, porque se apoyan en una creencia supersticiosa que surge del miedo del inculto a lo desconocido; la de que más fronteras y más aranceles protegerán a los pobres de un país frente a los pobres de fuera que quieren arrebatarles lo poco que tienen.

3. Populismo de derechas y populismo de izquierdas. Imaginemos un partido populista, es decir, una formación que lleva en su discurso la confrontación entre un pueblo virtuoso y unas élites corruptas. Si consigue llegar al poder debe dejar de destruir para construir. Tanto si es de derechas como de izquierdas ha conseguido el voto de los perdedores de la crisis y de los que se oponen al establishment. Pero un partido populista de derechas llenará sus políticas de gobierno con lo que piensan aquellos que temen perder su identidad nacional por la globalización, y fomentará la confrontación con el extranjero. Sin embargo, el populista de izquierdas abrirá los brazos al extranjero, pues no está imbuido de sentimientos nacionalistas. Por eso sus programas socioeconómicos son radicalmente distintos. El derechista baja impuestos para que cada uno se busque la vida sin ayuda del Estado, pero no permite entrar en el sistema a los que no son nacionales, para evitar la competencia por el trabajo con las clases bajas del país. El izquierdista sube los impuestos para que el Estado se preocupe de cuidar de sus nacionales, pero también de aquellos que quieran trabajar en la construcción de la nación.

4. Populismo y demagogia. Muchas veces se confunden ambos términos. El populista suele demostrar su aversión a las élites económicas e intelectuales pero, como he señalado antes, no tiene por qué mentir en sus intenciones. El demagogo utiliza promesas falaces que sabe que no va a cumplir, pero que atraen el pueblo, y lo hace con la intención de conseguir sus propios intereses, que pueden tener poco que ver con lo que dice. El demagogo es un mentiroso por definición, el populista no tiene por qué serlo. Claro, se puede ser populista y demagogo a la vez, y esto sucede a menudo.

5. Populismo desde dentro del sistema. Los populistas no quieren ser vistos como políticos profesionales. Sin embargo, ya hace tiempo que los políticos profesionales han caído en el populismo. Como dije arriba, y siempre según mi opinión, el populismo no es malo en principio. Pero no me negarán que cuando Aznar repetía una y otra vez: "España va bien", estaba siendo populista. Una frase sencilla y que entiende hasta el más inculto, pero completamente vacía de contenido. Pero no es el único político que ha usado el populismo. Zapatero decía que iba a conseguir el pleno empleo en España. Felipe González aseguraba: "OTAN, de entrada, no". Y ya no hablemos de los llamamientos a la unidad de España. Si eso no es populismo, que baje Montesquieu y lo vea.

6. Lo contrario del populismo. Pues bien, si el populismo fuera malo, lo opuesto al populismo sería bueno. Es decir, no intentar atraer al pueblo sería bueno. Pero ¿qué político no quiere atraer al pueblo? Cuando Rajoy dice que van a subir el IVA de "los chuches", ¿está siendo populista?. El político que no es populista no intenta atraer al pueblo con arengas vacías de contenido, del estilo: "para acabar con el paro, crearemos empleo", sino que argumenta con datos cómo va a crear empleo. Pero hay una enorme cantidad de gente que, por falta de formación, no puede seguir más de dos minutos el discurso de un tipo hablando de relaciones laborales y economía. Un pueblo poco educado será presa fácil de los discursos populistas.

7. Populismo y medios de comunicación modernos. El discurso populista se antoja necesario en los tiempos que corren. Nos hemos acostumbrado a entender la realidad en titulares. Casi nadie se va a parar a leer una noticia que ocupe más de quinientas palabras. En la televisión se debe resumir en un minuto el discurso de un orador en el Congreso. Por eso el discurso debe estar orientado a que se puedan extraer de él algunas frases contundentes, debe ser chisposo y contener algún "zasca" al contrario. Y las frases contundentes son populismo, porque el populismo no es una tendencia política, sino una forma de dirigirse a las masas. Por eso, si queréis escuchar un discurso que no sea populista, que diga cosas, remontaos a Antonio Maura, Emilio Castelar, Indalecio Prieto, Manuel Azaña o Adolfo Suárez.