Mostrando entradas con la etiqueta Grease. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Grease. Mostrar todas las entradas

lunes, 14 de mayo de 2018

Mis siete películas musicales preferidas

Las películas musicales son las que más me hacen disfrutar en el cine. Suelen tener una trama divertida, alrededor de la cual se engranan canciones casi siempre pegadizas, pero que, algunas veces, son pequeñas joyas de música ligera. Mi lista de películas musicales que adoro es inmensa, e incluiría Sonrisas y lágrimas (The sound of music), Cabaret, El Mago de Oz, Mary Poppins, Siete novias para siete hermanos, Los paraguas de Cherburgo, Cita en San Luis, Las zapatillas rojas, Saturday Night Fever, Un americano en París, Gigi, La bella y la bestia, Fama, Hair, Un día en Nueva York, Una cara con ángel (Funny Face), Tommy, All That Jazz, Papá piernas largas, Quadrophenia, Hairspray, Rocky Horror Picture Show o La pequeña tienda de los horrores.

Sin embargo, no me gusta cansar, por lo que mis listas son de siete elementos. Tras mucho deliberar conmigo mismo, estas son las siete películas musicales que más me han influido:

1. Sombrero de copa (1935) (Mark Sandrich). Un argumento que olvidarás a los diez minutos de haber visto la película, pero unos números musicales que se te quedarán en la retina durante décadas. Seguro que la vi un sábado por la tarde mientras jugaba con mis camiones sobre la alfombra del comedor y, desde entonces, no he podido olvidar cómo se movía ese vestido en Cheek to cheek siguiendo la música de Irving Berlin. No obstante, cualquier número de Fred Astaire y Ginger Rogers de aquella época me llena de nostalgia, como The Continental de La alegre divorciada o The way you look tonight, de Swing time (En alas de la danza). Y es posible que confunda las tres películas en mi cabeza. Nota de 7,5.

2. Bodas reales (1951) (Stanley Donen). Otro musical con el aroma de los clásicos de Hollywood. Si ya me costaba ver a Fred Astaire como el novio de Ginger Rogers, me cuesta más todavía verlo como el hermano de Jane Powell. No debemos fijarnos mucho en el argumento, que sólo sirve para que los números musicales brillen en un bonito marco. Y es que en esta película, ya en Technicolor, se encuentran dos de mis números de baile favoritos de la historia. Son dos solos de Fred Astaire. En uno baila por las paredes y el techo de una habitación y en el otro utiliza los aparatos de un gimnasio para lucir sus tremendas habilidades. Un 7.

3. Cantando bajo la lluvia (1952) (Stanley Donen). Mi musical favorito de todos los tiempos, e incluso podría ser mi película favorita de todos los tiempos. He tenido la suerte de verla en un cine y la experiencia fue fantástica. Sobre un intrascendente y satírico guion que relata la llegada del cine sonoro a Hollywood, se superponen una extraordinaria serie de números musicales, a cual mejor, que llevan in crescendo la película hasta un final apoteósico. Hay que conocer que Debbie Reynolds (madre de Carrie Fisher, la princesa Leia de Star Wars) no sabía cantar (ni casi bailar), y fue doblada precisamente por Jean Hagen, la actriz a cuyo personaje (Lina Lamont) dobla el de Reynolds (Kathy Selden) en la cinta. Mi nota es de 9.

4. West Side Story (1961) (Robert Wise, Jerome Robins). Este musical cambió la historia del género. Basado en Romeo y Julieta, su música y su vigorosa coreografía son distintas a todo lo que hasta entonces se había visto tanto en Broadway como en Hollywood. Lo que más me gusta es la tremenda partitura de Leonard Bernstein, que incluye guiños al jazz y a los ritmos latinos y que te emociona desde la obertura. Pero la estilización estética me encanta y los bailes son ultramodernos, aunque la historia es bastante simple. Natalie Wood enamora siempre, aunque esté doblada. Un 8.

5. My fair lady (1964) (George Cukor). Esta deliciosa comedia, procedente de un musical de Broadway y basada en el Pigmalión, de Bernard Shaw, tiene todos los ingredientes que nos gustan a los románticos. No puedo dejar de llorar cada vez que Eliza baila con el príncipe de Transilvania. La película sigue siendo memorable a pesar del final chusco que se inventaron para Hollywood. Hay que conocer que el papel que en el cine interpreta Audrey Hepburn lo había hecho Julie Andrews en el teatro, pero el productor de la película no quiso contratarla por no ser conocida. Sin embargo, ese mismo año, Julie Andrews ganó el Oscar por Mary Poppins y Audrey Hepburn no estuvo ni nominada, al haber sido doblada en casi todas las canciones. Notaza de 8.

6. Grease (1978) (Randal Kleiser). Una película que se burla de las comedias adolescentes de los años 50, parodiando aquellos anhelos que ellos y ellas tenían en esa época y que eran, para ellos, encontrar un buen trabajo y, para ellas, casarse con un marido decente que las mantuviese. Hombres y mujeres hechos y derechos interpretan a los jóvenes de instituto. Pero nada de eso importa ante la brillantez de las canciones, que se suceden sobre la base de un guion sencillo, telenovelesco, pero gracioso. Marcó a una generación y ha envejecido muy bien, no como la moda de los pantalones de cuero. Nota de 7,5.

7. La La Land (2016) (Damien Chazelle). La película de los últimos años que más me ha conmovido. Tras un arranque espectacular, que te deja con la boca abierta, cuenta una típica, aunque cálida, historia de amor, aderezada con soberbios números musicales, para dejarte boquiabierto de nuevo con un esplendoroso y nada convencional final. Algunos la tachan de nostálgica, como si eso fuera un defecto. Otros han dicho que era ñoña o mojigata, pero no habrían dicho lo mismo si hubiese sido filmada en 1956. Es verdad que los tiempos han cambiado. Pero para mí es un enorme y respetuoso homenaje al cine musical clásico de colorines. Nota de 8,5.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Siete películas que ves siempre que las ponen

Hay algunas películas que se pueden ver cientos de veces. No tienen que ser obras maestras, incluso algunas no son muy buenas. Pero las conoces de memoria y te atrapan siempre que pones un canal en la tele y la están echando. En mi caso son casi siempre comedias de hace algunos años, y que pueden ser musicales, románticas o con algún toque de ciencia ficción. En esta lista no están los grandes clásicos por todos reconocidos, sino otras películas que veo siempre aunque me sienta un poco culpable.

1. Grease. Musical de 1978, ambientado en los años 50, sobre un grupo de estudiantes de último curso en un instituto. Qué importa que la media de edad de los actores que interpretan a colegiales sea de 28 años, o que la trama no tenga a veces ningún sentido. Parafraseando a Amy Farrah Fowler, es maravillosa desde el primer doo doo wap al último shooby shooby do yah.

2. Regreso al futuro. Producción de 1985, escrita y dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Michael J. Fox. Las aventuras de Marty McFly viajando hacia delante y hacia atrás en el tiempo para solucionar los problemas de sus padres y de sus hijos no te pueden dejar indiferente. Un gran director y la multitud de grandes chistes que la trama permite crear la convierten en una obra maestra del género de la ciencia ficción. Su continuación es igualmente magnífica, aunque la tercera parte baja un poco. Además, como el guión es tan enrevesado, cada vez que la ves te sorprende.

3. Desafío total (1990). Basada en un relato del gran escritor de ciencia ficción Philip K. Dick, y dirigida por Paul Verhoeven, quien sabe dotar de buenas dosis de humor y violencia gratuita a sus películas. Narra unas vacaciones algo especiales del obrero Douglas Quaid (Arnold Schwarzenegger). Como en otros relatos de Dick, la manipulación de los recuerdos es el motor de la acción. Los efectos especiales fueron pioneros en su momento, aunque ahora nos parezcan algo ridículos. Pero sigue manteniendo ese encanto algo kitsch que tanto aprecio.

4. Atrapado en el tiempo (1993). Un clásico que ha entrado en el imaginario popular. Ya se alude en España a una situación que se repite varias veces como "El día de la marmota". Y es que esta es una película más compleja de lo que parece, en la que el género fantástico se combina con lo cotidiano. Notable sentido del ritmo y un Bill Murray que comenzaba a darse cuenta de que, en la interpretación cinematográfica, menos es más. Además, vas descubriendo pequeños detalles con los distintos visionados, lo que hace que siempre apetezca verla.

5. Hombres de negro (1997). "Vale, juego, porque aquí se está cociendo algo del futuro y eso a mí me mola", le dice el policía James Edwards (Will Smith), al agente K (Tommy Lee Jones) en el ascensor que los lleva a la sede de los MIB. A muchos nos molan las cosas del futuro, y más si llevan trepidantes aventuras aparejadas. La primera película te sorprende. La segunda es algo más desganada, pero la tercera (2012) me pareció estupenda, y es que los viajes en el tiempo son mi debilidad.

6. Notting Hill (1999). Otra frase para la historia, mil veces pariodiada. Esta vez la pondré en inglés, que suena mejor: "I am just a girl in front of a boy asking him to love her". Puede que a muchos os parezca una moñada, pero nunca me canso de ver la carrera hacia el hotel, ni la sonrisa de Anna Scott (Julia Roberts) cuando William Thucker (Hugh Grant) le formula la pregunta final como reportero de la revista "Caballo y sabueso" (Horse & hound). Mi comedia romántica favorita de los últimos 30 años.

7. School of rock (2004). Una película más reciente, pero que se ve con facilidad, sobre todo si eres aficionado al rock. Las aventuras de un roquero fracasado, encarnado por Jack Black, cuando se cuela como profesor en un colegio y se dedica a formar un grupo con sus alumnos para asistir a un concurso de bandas de rock and roll. La música es estupenda, y a pesar de que el guión es previsible, tiene buenos momentos. Hay que verla en versión original, porque el doblaje del protagonista, realizado por el cantante Dani Martín, deja bastante que desear.